08 ago. 2025

El católico que abogó por la unidad a inicios del siglo XX

Juan Sinforiano Bogarín (1863–1949) fue el primer arzobispo del Paraguay. Abogó por la unidad del país en medio de las revoluciones dadas a inicios del siglo XX. Sus cartas reflejan su inquietud por la familia y la fe del pueblo.

Por Sergio A. Noé Ritter<br/><br/>snoe@uhora.com.py<br/><br/>"Juan Sinforiano Bogarín es uno de los hombres de mayor influencia en el desarrollo espiritual del Paraguay de los últimos tiempos”, escribió el historiador Efraím Cardozo en alusión al monseñor que dejara grandes huellas en el país.<br/><br/>Las giras pastorales que emprendió Bogarín a lo largo y ancho del Paraguay fueron numerosas, llevando no solo la fe católica, sino un mensaje de paz y esperanza a un pueblo castigado por las revoluciones políticas que se sucedieron en el inicio del siglo XX.<br/><br/>El gran hito de la carrera del monseñor fue su designación como primer arzobispo del país, gracias a la creación de la Provincia Eclesiástica del Paraguay.<br/><br/>CARRERA. Tras quedar huérfano de padre y madre luego de la Guerra contra la Triple Alianza (1865–1870), y criarse con su tía María González, ingresa al Seminario Consular en 1880.<br/><br/>Se ordena sacerdote en 1886. Al año siguiente ya lo nombran párroco de la Catedral y luego obispo, en 1894. No le cae bien su nueva designación, dada a través de una terna electa en Roma. Finalmente acepta el cargo de obispo, con humildad y responsabilidad.<br/><br/>Elige como lema de su obispado Fortiter ed suaviter (Con fuerza pero con suavidad). “Fuerza en el cumplimiento del deber, en la defensa de sus principios y en el magisterio de la Iglesia. Pero suavidad en su comportamiento, con los demás, en la corrección a los descarriados, en el aliento a los caídos”, escribía el profesor Jerónimo Irala Burgos. Recién en 1930 Bogarín sería nombrado arzobispo de Asunción.<br/><br/>TRABAJO PASTORAL. Según refiere Margarita Durán, en la obra Forjadores del Paraguay, Bogarín se ocupó de reconstruir la situación de la Iglesia Católica a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.<br/><br/>Trabajó para recuperar a sacerdotes alejados del ministerio e invirtió tiempo en la formación, promoción y saneamiento del clero nacional. Con la ordenación de 90 jóvenes, cubrió gran parte de las necesidades espirituales del país, asignándolos a varias parroquias.<br/><br/>"Durante su obispado surgieron las primeras asociaciones de apostolado laico, como la Liga de Damas Católicas, la Federación de Juventud Católica y la Acción Católica”, registra Durán.<br/><br/>La historiadora añade que “fue un verdadero reconstructor moral de su pueblo”, ya que luchó para evitar sectarismo y fanatismos partidarios, que impedía el accedo de hombres idóneos a cargos públicos. <br/><br/>PACIFISTA. El religioso vivió muy de cerca todas las revoluciones liberales que se sucedieron entre 1904 y 1940, además de ser testigo de la recordada Revolución del 47.<br/><br/>Antes estos hechos, el mismo Bogarín calificaba las guerras internas de fratricidas, donde los “hermanos paraguayos” luchaban y morían innecesariamente. Se oponía tenazmente a estos conflictos.<br/><br/>"Bogarín supo enarbolar la bandera de la paz, porque su meta fue el interés general de la nación y nunca desmayó en la búsqueda de su objetivo”, escribe Durán en el libro Forjadores del Paraguay.<br/><br/>Por su parte, Efraím Cardozo destaca la labor de Bogarín, al cual consideró como “un factor de unión” en medio de las convulsiones políticas.<br/><br/>PERSONALIDAD. El historiador paraguayo Justo Pastor Benítez dice que Bogarín era un gran conocedor de la sicología popular. <br/><br/>"Su sola presencia era perfumada como un pesebre. Su voz era familiar a los oídos. Su figura se erguía como expresión de bondad, de preocupaciones espirituales. Era la paz en una tierra castigada por divisiones y odios”, apuntaba el historiador.<br/><br/>