Manuel Díaz lleva 12 días preso y necesita tres testigos que den fe de que protestó pacíficamente y no incitó a la violencia en las inéditas manifestaciones del 11 de julio en Cuba, para al menos poder esperar su juicio en libertad.
Este empleado de una dulcería, de 59 años, es uno de los cientos de cubanos detenidos durante el reciente estallido social que han enfrentado procesos judiciales por delitos como desacato, desorden público, actos vandálicos o propagación de epidemia, por haber salido sin mascarilla en el peor momento de la pandemia de Covid-19 en la isla.
“Hasta ahora nadie ha querido testificar y Manuel sigue en prisión preventiva, acusado de desorden público. Está en la cárcel de Caimito (en la provincia de Artemisa) y estamos desesperados”, declara vía telefónica su hermano Roberto, que vive en Miami.
Manuel participó el domingo 11 de julio en las protestas que sacudieron al pueblo de Bauta, 25 kilómetros al suroeste de La Habana, donde vive y es conocido por su gusto por el fútbol. Doce días después de que miles de cubanos se volcaran a las calles del país al grito de “Patria y Vida”, “tenemos hambre” y “Libertad”, el gobierno no ha informado el número de detenidos durante y después del estallido. De acuerdo con una lista, publicada en Twitter por agrupaciones cubanas como el 27N y medios independientes como Periodismo de Barrio, más de 600 personas fueron detenidas.
El canciller, Bruno Rodríguez, dijo que la mayoría de los arrestados fueron liberados, “habiendo sido multados o bajo medidas cautelares domiciliarias”. Descartó que haya menores de edad en prisión. Afirmó además que “no hay juicios sin las garantías del debido proceso” y rechazó que haya desaparecidos.
En el grupo de Facebook “Desaparecidos #SOSCuba”, Roberto, que también tiene en Cuba a su madre de 92 años, explica que para que Manuel pueda esperar su juicio en libertad, necesita, según su abogado, “dos o tres testigos” que prueben que “protestó pacíficamente y se manifestó porque las personas no recurrieran a la violencia”.
“Esto facilitaría mucho lograr que lo suelten con una fianza o que le den cárcel domiciliaria o lo pongan en libertad”, dice. “Debería haber una buena persona que nos ayude por favor (...) para poder ver a Manolo otra vez en sus locuras” y su afición futbolera, apunta.
En Facebook y Twitter se multiplican los reclamos por la libertad de familiares y amigos. Claudia Salazar pide que liberen a su esposo, Yarian Sierra, que “está siendo juzgado injustamente (...) por pensar diferente”. El fotógrafo y realizador de audiovisuales Ányelo Troya, de 25 años, detenido, fue condenado a un año de prisión por el delito de desorden público.