27 may. 2025

Drogas: El vía crucis de la rehabilitación

Las drogas siguen ganando terreno entre los jóvenes, causa múltiples problemas no solo en el organismo, ya que también son responsables del aislamiento social que genera. Dos jóvenes relatan la lucha que emprenden en el Centro de Adicciones contra el crac y la cocaína.

Por Cecilia Colinas | cecilia-colinas@uhora.com.py

“El crac es para mí una basura, le destruye a los jóvenes y a la sociedad”

Patricia estuvo en el centro de rehabilitación varias veces para el tratamiento contra la adicción al crac y otras drogas de las que se hizo dependiente desde los 15 años.

“Comencé con la marihuana en los conciertos de rock que se hacían en la plaza del centro, luego me fui hacia la cocaína”, relata la joven que ahora tiene 18 años de edad y 3 de vida en la calle.

“Consumí pastillas también pero no tanto”, dijo en referencia al clonazepam, droga que solía consumir con alcohol para obtener una sensación de bienestar general.

Pero lo peor para ella no fueron las drogas que citó anteriormente. “Hace tres años consumo crac y quiero dejarlo. Esa es una droga que te absorbe y no te hace escuchar a nadie”.

Hace unas semanas vivía en la calle. “Viví tres años en la calle, pedía plata a la gente”, contó.

“Recorría Asunción, Limpio, Fernando de la Mora, no me quedaba. Al medio día yo ya tenía 60 o 70 mil y con eso ya me daba para ir a consumir una tarde”, señaló la jovencita, quien de apariencia no parece tener esas andazas.

“Mi familia es de clase media y está bien constituida, ellos están siempre pendientes de mí pero yo me iba a veces nada más para comer y llevar algo de ropa. Luego, desaparecía de vuelta y ellos me buscaban”.

Curiosidad. “Esa droga no escucha a nadie. Me inicié en ese mundo horrible por curiosidad, probé el crac y vivía solo para esa droga que no te motiva a hacer nada”, relata Patricia, acariciándose el pelo lacio y rubio. “Gracias a mi familia estoy tratando de salir, mi familia es la que me motiva a salir de ese mundo cruel”, cuenta.

Patricia recuerda que no es la primera vez que está en el centro de Adicciones, pero cree que esta será la última vez. “Estoy mejor ahora que no consumo ninguna droga y ahora quiero poner un punto final a eso. Cuando salga de acá pienso irme junto a mi familia, también voy a ir junto a la gente que me daba comida y techo cuando andaba por la calle, quiero mostrarles que dejé las drogas”.

El crac es una droga que se puede fumar, es la pasta base de la cocaína mezclada con bicarbonato y una cantidad de compuestos que no se puede precisar, señaló Manuel Fresco, titular del Centro de Adicciones.

Tiene las características de generar adicción, las personas se vuelven rápidamente dependientes de la droga.

Su efecto es intenso y corto, la sustancia va directamente a los pulmones. “Es como hacer pasar aire a un ventanal enorme ya que va a los pulmones”, indicó.

Su efecto dura de 3 a 5 minutos; pasan 15 minutos y el usuario vuelve a necesitarlo, entonces es así que va gastando 5 a 10 mil cada hora. La mayoría de los adictos al crac ingresan con neumonitis, más conocido como “pulmón del crac”, un cuadro severo que puede llegar a provocar paranoia e incluso la muerte del paciente.

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Sergio, quien también está en proceso de abandonar su adicción, cuenta que trabajaba “literalmente para consumir drogas”. El joven se desempeñaba en un astillero y tenía un sueldo de 3 millones, “una parte le daba a mi mamá y el resto iba para el vendedor de la droga”.

“Empecé a los 17 con la marihuana, un poco después probé lo que ahora es mi problema, la cocaína”, cuenta el joven moreno de 22 años, a quien se le nota un poco ansioso. “Es por la abstinencia, llevo más de un mes sin consumir nada, pero lo estoy superando”, dice.

Contó que por orden judicial se encuentra ahí, ya que hace unos dos meses lo detuvieron por tenencia de cocaína y estuvo en Tacumbú un mes, lugar que sirvió para dar un paso adelante. “Ni al peor enemigo se le desea Tacumbú".

“Yo vine por una orden judicial, pero más que por eso vine por voluntad. Cada vez que se iba mi mamá a visitarme a la cárcel la notaba muy destrozada”.

Acerca del crac, menciona que ya lo probó, pero que no le gustó. “El crac es para mí una basura, le destruye a los jóvenes y a la sociedad”.

“Cuando salga de acá, voy a buscar un trabajo y voy a seguir una carrera. Las drogas ya no podrán conmigo”, finalizó.

Bajo presupuesto. El Centro de Adicciones es dependiente del Ministerio de Salud, actualmente cuenta con 30 plazas, las cuales son insuficientes a nivel país.

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Manuel Fresco, titular del Centro de Adicciones. | Foto: Archivo ÚH

“Faltan políticas públicas sobre drogas para dar una directiva a seguir en este campo”, expresó el titular del centro, Manuel Fresco, quien señaló que el presupuesto destinado para salud mental y drogas es muy bajo.

“Hay un solo hospital psiquiátrico y un solo centro de rehabilitación público en el país”, remarcó.

Descentralización. “Necesitamos instalar el modelo brasileño, que no es más que descentralizar la atención psicosocial en los municipios. Las gobernaciones y las municipalidades deben encargarse también del problema con el Ministerio de Salud”, sostuvo Fresco.