10 ago. 2025

Dólares “bajo el colchón”, una vía elegida en Argentina

Apenas cobra su sueldo en pesos argentinos, Eugenia los cambia a dólares y los esconde en su casa. El temor a que le roben no es comparable a la desconfianza que le tiene a los bancos.

“No me da confianza el peso, no es de ahora, es de siempre”, dice esta abogada de 43 años. Golpeados por décadas de inflación, recesiones y devaluaciones cíclicas, muchos argentinos prefieren refugiarse en el dólar como forma de ahorro y lo esconden “bajo el colchón”, expresión con la que indican que guardan el dinero en casa.

Eugenia los oculta en el baño. “Prefiero que un chorro (ladrón) me robe a que sea un banco”, añade.

La desconfianza no es nueva. “Históricamente, a los que intentan ahorrar en pesos, no les fue bien. A quien lo hizo en dólares, le fue bien. Es la consecuencia de un sistema financiero quebrado”, apunta Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina.

Sofía, una decoradora de interiores de 52 años, retiró su depósito en dólares a mediados del año pasado, ante el temor de un retorno del peronismo al poder. “¿Qué puedo hacer?”, se interroga y recuerda que tan solo en el último año el peso argentino se depreció casi 40%.

Pocos días después de asumir la presidencia en diciembre, el peronista Alberto Fernández adoptó una serie de medidas para reactivar la economía diezmada con una inflación en 53%, una pobreza de casi 40% y un fuerte crecimiento de la deuda pública, que pasó de 52% del PIB en 2015 a 91% en 2019.

CEPO. Pero los que están habituados a comprar dólares fustigaron la decisión de gravar con 30% la compra de divisas con la que el Gobierno busca aumentar las reservas internacionales.

Fernández mantuvo además el cepo (control) cambiario impuesto por su antecesor, el ex presidente liberal Mauricio Macri (2015-2019), con un límite autorizado de compra de 200 dólares mensuales por persona.

Pese a pronósticos sombríos, la diferencia entre peso y dólar se mantuvo muy estable: El tipo de cambio oficial cotiza en torno a 63 pesos por dólar, pero trepa hasta 83 pesos en los mercados paralelos.

El cepo multiplicó las transacciones en el mercado paralelo con “cuevas” que funcionan en quioscos, tiendas o joyerías. El Gobierno pretende, además, un aumento de la alícuota que se cobra por el impuesto a los bienes personales y aún más para activos en el exterior, con un premio para aquellos que traigan al país sus ahorros.

En tanto, los analistas creen que es difícil que los argentinos apuesten por el peso. “En este país hay una historia sistemática de violar la seguridad jurídica del ahorrista. El ahorro privado lo termina agarrando el Gobierno o los cambia por bonos. Pasó varias veces, pasó en 2001”, añadió Rajnerman al citar el fantasma que acecha a los argentinos.