El supuesto lisiado estaba como todos los días, apostado al costado de una de las principales avenidas de Bogotá, para él era una “jornada laboral” normal.
Pero el teatro se le vino abajo cuando dos efectivos de la policía se le acercó y le exigió que deje ver la pierna que supuestamente le había sido apuntada, informó El Espectador.
“Me van a robar la ropa, hay me la robaron el otro día, me voy a quedar desnudo”, decía el hombre mientras procedía a desprenderse el pantalón.
Primero el mismo intentó escapar al ver llegar a los uniformados, pero finalmente se descubrió que gracias a ser portador de unas piernas bastante finas, el hombre podía permanecer el día entero con una de ellas dobladas de la rodilla para abajo.