09 ago. 2025

Desaceleración económica, un desafío que hay que enfrentar

Las proyecciones internacionales para el año 2015 señalan una probable desaceleración del ritmo del crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial. Paraguay, dada su estructura productiva altamente dependiente de factores externos, sentirá los efectos negativos de esta situación. El desafío del Gobierno es convertir esta desventaja en una oportunidad para su desarrollo, de manera que el sector industrial, el de las construcciones y los servicios aumenten su peso en la producción nacional en un marco de total apego a la ley, generando empleos formales y contribuyendo al fisco. Por esa vía estará menos expuesto a los peligros que se avecinan.

Además de los análisis del cierre económico del año 2014, en esta época del año proliferan los informes sobre las perspectivas para 2015. En general, salvando las grandes heterogeneidades mundiales y en América Latina, las proyecciones indican una desaceleración del ritmo de crecimiento económico.

Diversos son los factores que afectarán no solo 2015, sino probablemente también los años siguientes. Para los países exportadores de petróleo, la baja de los precios internacionales será un determinante importante. Varios países de América Latina verán afectadas negativamente sus economías, tales como México y Venezuela.

La economía norteamericana no se ha estabilizado, por lo que cualquier movimiento de sus tasas de interés tenderá a afectar las economías más pequeñas o débiles, incluyendo la paraguaya.

Un descenso del crecimiento mundial probablemente reducirá la demanda de productos primarios, lo que afectará al volumen y los precios de exportación. Paraguay se encuentra particularmente afectado por este problema, dado el peso que tienen los commodities agropecuarios.

La desaceleración de la Unión Europea, China y Rusia –mercado que absorbe gran parte de las exportaciones cárnicas– y en general de los países desarrollados contribuirá al desempeño del sector agrícola nacional reduciendo el peso relativo del sector en el PIB. Este sector es, de por sí, ya volátil debido a su dependencia de las adversidades climáticas cada vez más frecuentes.

De esta manera, múltiples factores internacionales intervendrán en la economía paraguaya y especialmente en el PIB agropecuario. Esto hace que otros sectores como los de la industria, las construcciones y los servicios adquieran relevancia para mantener un ritmo de crecimiento estable que garantice al menos mantener los niveles de empleo e ingreso actuales.

No obstante, esto no es suficiente en un país en el que la mayoría de la población ocupada tiene empleos precarios e ingresos inestables y las recaudaciones tributarias son bajas e inequitativas como para garantizar el financiamiento adecuado de políticas de desarrollo agrícola, industrial y de servicios.

En este contexto económico, el desafío del Gobierno en materia económica será garantizar los mecanismos que permitan continuar con la estabilidad macroeconómica, mejorando las condiciones de trabajo en los sectores que se dinamizarán en 2015.

La formalización económica deberá ser un objetivo central del actual Gobierno. El fisco destinará fuertes sumas de dinero a la inversión pública, la mayoría de estos fondos derivados del endeudamiento externo. Ello exige que las empresas y los empleos que se generen cumplan con todos los requisitos exigidos por las leyes vigentes. Igualmente, los emprendimientos con financiamiento privado deben desarrollarse con total apego a las leyes.

No es menor el desafío actual del Gobierno. El rol fiscalizador del Estado adquiere relevancia en un país altamente informalizado y que debe sentar las bases para un crecimiento sostenido, con cambios estructurales dirigidos a transformar su estructura productiva, en un contexto internacional ralentizado.