A pesar de que todos los días los portones de la Plaza Uruguaya se cierran cuando marca las 20:00, los delincuentes se ingenian para hurtar los objetos de valor.
Ya sea para valerse de la oscuridad, revender los focos o cambiarlos por droga, los inadaptados dejan a oscuras la emblemática plaza asuncena. Este tipo de hechos también se da con frecuencia en la Costanera.
Los pocos comercios que subsisten en el predio de este lugar también sufren las consecuencias del abandono. Una de las librerías ya fue robada unas cinco veces en los últimos meses. La plaza cuenta con un solo guardia, pero este no da abasto.
La incapacidad de la Municipalidad de Asunción y la falta de respuestas de la Policía Nacional hacen que este tipo de espacios no sirva para el disfrute de la ciudadanía.