El saldo negativo entre los ingresos y los gastos del sector público brasileño, incluyendo el Gobierno central, los regionales, los municipales, las empresas estatales y el pago de intereses de deuda, saltó un 208% respecto al primer semestre de 2019.
El déficit también triplicó con respecto al PIB, ya que en los primeros seis meses del 2019 era equivalente al 5,31% del producto interior bruto, una consecuencia económica de la pandemia del Covid-19, ya que la paralización de actividades entre finales de marzo y comienzos de junio desplomó la recaudación tributaria y disparó los gastos públicos.
En el acumulado de los últimos doce meses terminados en junio, el déficit nominal en las cuentas públicas fue de 818.617 millones de reales (alrededor de USD 160.620 millones), equivalente al 11,38% del PIB, mientras que solo en junio registró un resultado negativo de 210.161 millones de reales (unos USD 41.208 millones).
El déficit primario -que no incluye lo que el Estado destina al pago de intereses de deuda pero que el Gobierno usa como referencia para medir la situación de las cuentas públicas- fue de 402.700 millones de reales (unos USD 78.960 millones) en el semestre, frente al déficit de 5.700 millones de reales (USD 1.176 millones) del mismo periodo del año anterior.
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El resultado primario del primer semestre es el peor de la serie histórica del Banco Central, el cual comenzó en diciembre de 2001.
El emisor brasileño informó igualmente que la deuda bruta pública de Brasil fue de 6,1 billones de reales (unos USD 1,1 billones), equivalente al 85,5 % del PIB, un nuevo récord y que supone un aumento de 3,6 puntos porcentuales del PIB en relación con el mes anterior.
En diciembre del año pasado, la deuda brasileña equivalía al 75,8% del PIB y según estimaciones de la Secretaría del Tesoro Nacional podría cerrar el año en cerca del 100% debido a los gastos para combatir la pandemia del nuevo coronavirus y por la fuerte caída de la economía proyectada para este año.
Según los pronósticos del mercado financiero, la mayor economía de Sudamérica podría desplomarse alrededor de un 6%, tras dos años de débil crecimiento.
