¿Cómo Halloween se convirtió en una fiesta en la que comemos dulces, disfrutamos de tortas temáticas y lucimos disfraces, algunos muy originales y otros, clásicos o aterradores?
El acto de celebrarlo está muy ligado a Estados Unidos, especialmente por la costumbre de los niños que salen a pedir dulces. Quizás muchos lo desconozcan, pero su origen se remonta a miles de años atrás.
Un material de National Geographic explica que su nombre procede de la expresión “Al Hallow Eve” que, traducido al español, significa “Víspera de Todos los Santos”, por lo que la fiesta más terrorífica del año está muy vinculada a la tradición cristiana.
Aunque también está fuertemente relacionada con la celebración celta Samhain y el Mundus Patet, una antigua tradición romana.
¿Qué es el Samhain?
Samhain significa “fin de verano” en celta e irlandés, cuya milenaria fiesta pagana se iniciaba al anochecer del 31 de octubre y duraba tres días.
Se trataba de una fecha muy importante para la cultura celta del siglo IX, que creía en deidades y, particularmente, en esta época del año, consideraban que el mundo de los dioses se hacía visible para la humanidad y estos mismos dioses “jugaban sucio” con sus adoradores, por lo que fueron momentos de mucha intensidad sobrenatural, prejuicios, peligros, miedo y supersticiones.
Igualmente, esta celebración también marcaba la transición de la mitad más luminosa (primavera y verano) al más oscuro (otoño-invierno).
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Durante este cambio o metamorfosis, cosechaban los cultivos y sacrificaban animales para garantizar la alimentación para enfrentar los meses de mucho frío. Los festejos incluían grandes banquetes y abundante alcohol.
Los druidas –como se les conocía a los antiguos sacerdotes celtas– armaban una hoguera en la que arrojaban huesos de animales sacrificados para equilibrar la conexión entre el mundo de los vivos y de los muertos.
Mientras que los celtas se disfrazaban, se ponían máscaras y encendían hogueras para ahuyentar a los malos espíritus, porque pensaban que las almas de los muertos regresaban a sus casas durante el Samhain.
Esta tradición aportó los elementos para la idea actual que se tiene en Halloween, que también es muy difundida a las masas por la industria del entretenimiento.
Su vinculación con Mundus Patet, “el Halloween de la Antigua Roma”
La expresión hace referencia a la ubicación del Mundus Cereris, un edificio de ladrillo situado en el Foro Romano, que marcaba el centro exacto de la ciudad.
Los romanos creían que el mundo de los vivos y el de los muertos estaban separados por una gran losa que se abría en tres ocasiones del año: el 24 de agosto, el 5 de octubre y el 8 de noviembre.
Estas fechas coincidían con los días dedicados a divinidades del inframundo, según el material que publica National Geographic por Halloween.
Los romanos honraban a los manes (almas de los ancestros) para ganarse su favor y proteger a sus familias y garantizar la prosperidad.
Pero así también existían espíritus malévolos: los larvae, que eran “espectros que se alimentan de la vida de los mortales”, y los maniae, que tenían el aspecto de “horribles esqueletos que encienden la locura en los vivos”.
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En su cultura, las brujas no eran asociadas al mal, como lo es para la tradición cristiana. Eran sacerdotisas que usaban la magia para hacer el bien o el mal.
Así también, los romanos daban regalos para apaciguar a los espíritus malvados y, al parecer, los dulces eran la mejor opción para que dejen en paz a los vivos. De ahí proviene el famoso “truco o trato” o lo que hoy conocemos como “dulce o truco”.
Esta tradición la compartían con los celtas, quienes depositaban viandas en el umbral de las casas para ofrecer a los malos espíritus.
¿Por qué se relaciona con el Día de los Todos los Santos?
El origen de esta fiesta nace en la Iglesia primitiva, que creía que los mártires merecían un día para recordar su sacrificio. Para el siglo VII, el papa Bonifacio IV estableció el 13 de mayo para conmemorar a todos los mártires cristianos.
Un siglo después, durante el papado de Gregorio III esta celebración se extendió a todos los santos de la Iglesia Católica y se cambió al 1 de noviembre, fecha que perdura en la actualidad, con la intención de suplantar las fiestas paganas de los difuntos, entre ellas el samhain y el mundus patet romano.
El Día de Todos los Santos fue suprimido en la reforma protestante.
Su llegada a América
Al ser desposeído de su vertiente religiosa, a finales de la Edad Media, Halloween recuperó sus aspectos más paganos del culto a los espíritus y difuntos, y continuó con la celebración del fin de la cosecha y la preparación para el invierno.
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Es en ese contexto que se traslada al continente americano, cuya festividad fue prohibida por los primeros colonos estadounidenses, la mayoría puritanos y protestantes estrictos. No obstante, la sociedad creó sus propias tradiciones y festividades, como el Día de Acción de Gracias.
Con la migración masiva de irlandeses y escoceses, Halloween se consolidó en el siglo XIX, convirtiéndose en una de las principales festividades en los Estados Unidos.
La industria del entretenimiento conquistó a las masas con sus producciones y esta fiesta, más allá de los estigmas, es una de las más divertidas, donde las personas –además de disfrazarse–, comen dulces y tortas temáticas, decoran sus casas con calabazas u otros elementos.
