Contestá después es el lema de una campaña iniciada por la Municipalidad de Asunción y una empresa de telefonía. Los carteles están hechos con partes de autos, y uno de esos lo instalaron en una esquina en mi barrio.
En esa esquina hay un gran cartel de PARE, que todos los automovilistas ignoran, por supuesto, porque en este país no se respetan las señales de tránsito. Y eso es evidente por la cantidad de choques que se producen en esta intersección a diario.
La idea de la campaña es que la gente no use el maldito teléfono mientras maneja su auto, y aunque mi confianza en la humanidad es escasa, espero que alguien les haga caso.
Como si no tuviéramos suficientes dramas, ahora se agrega otro. Resulta que los automovilistas descubrieron que no pueden respirar sin su estúpido teléfono; al parecer se va a venir el fin del mundo si no responden un mensaje del WhatsApp o si no revisan cada 3 segundos las boludeces de las redes sociales, o miran la foto que mandaron al grupo de WhatsApp y que les empapa con una lluvia de bendiciones...
La gente se está volviendo un poco tonta de tanto agachar la cabeza sobre el aparatejo, y como ya no pueden concentrarse en otra cosa, aumentan los accidentes por culpa de los idiotas que andan criminalmente distraídos por el mensajito en el smartphone.
Yo les sugiero una prueba muy sencilla. Párense en una esquina, al lado de las rayas blancas esas que usamos los peatones para cruzar la calle (y que pocos automovilistas respetan) y miren a los conductores embobados con la mirada fija en su telefonito. Y porfa acepten este consejo: nunca crucen una calle frente a un auto sin asegurarse de que el individuo o la individua ha hecho contacto visual con ustedes. Si no hacés eso, podés acabar debajo de las ruedas de un auto.
La humanidad ya superó aquello de “si tomás no manejes”, y ahora debería reemplazar el mensaje por un “si manejás, no mires tu teléfono”, porque te podés matar, o le podés matar a algún prójimo.
Por cierto, la gente tiene que ser menos idiota, pero también las instituciones tendrían que hacer más. Fíjense en lo que pasó el otro día. Una señora que iba hablando por el celular mientras manejaba su auto recibió la orden de pare por parte de un agente de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción (PMT). La conductora no se detuvo y se lo llevó puesto al zorro, sobre el capó de su vehículo, por casi dos cuadras.
La individua iba al mando de un automóvil Toyota Yaris, de color blanco, y solo paró su vehículo porque fue bloqueada por otro que iba en frente y por un taxi que se colocó a su costado. Lo que ella hizo es una falta gravísima según el Artículo 91 inciso J del Reglamento General de Tránsito, de la Ordenanza 479/10. La multa es de 11 jornales, y la tilinga terminó pagando 893.000 guaraníes, o sea, nada... Imagínense que ella pudo haber matado al policía de Tránsito, sin embargo, esta persona seguirá manejando su vehículo tan fresca por la vida.
Es una vergüenza que un hecho tan grave solo merezca una multa como castigo. La gente que arma estos desastres en la calle debe por lo menos pasar una noche en la celda de una comisaría. Tampoco vamos a pedir la pena de muerte para los que usan su teléfono cuando conducen, pero la Municipalidad debería considerar medidas más drásticas para educar a los conductores irresponsables.