Las empresas que atienden al público y desempeñan actividades creativas pueden invocar la libertad de expresión para negarse a prestar un servicio contrario a sus valores, dictaminó el alto tribunal por una mayoría de seis jueces sobre nueve.
La Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión, implica que en Estados Unidos “la gente es libre de pensar y expresar lo que quiera, no lo que el Gobierno le diga”, escribe en su nombre el magistrado Neil Gorsuch.
El estado de Colorado “pretende utilizar su ley para obligar a una persona a crear un discurso en el que no cree”, añadió.
En este estado del Oeste una ley prohíbe la discriminación por orientación sexual desde 2008 y puede imponer sanciones de hasta USD 500.
Esta legislación ya fue impugnada en los tribunales hace años.
En el 2018 la Corte Suprema le dio la razón a un pastelero cristiano que se negó a preparar una tarta de boda para una pareja gay. Pero se basó en motivos técnicos, sin llegar a promulgar principios generales.
El tema volvió a los tribunales con Lorie Smith, una diseñadora gráfica.
Smith, quien se describe como una cristiana devota y destaca la dimensión artística de su trabajo, se negó a crear páginas webs para matrimonios homosexuales.
Perdió dos veces y apeló a la Corte Suprema.
Este viernes el alto tribunal la respaldó al estimar que su actividad, pese a ser comercial, entra en el ámbito de la libertad de expresión.
“Determinar qué es actividad expresiva protegida por la Primera Enmienda a veces plantea cuestiones difíciles, pero no es el caso con este dosier”, escribió Neil Gorsuch. El presidente demócrata Joe Biden se llevó otro gran batacazo este viernes con el fallo sobre la deuda estudiantil.
El Supremo dictaminó que su gobierno se había extralimitado en sus competencias al adoptar un programa sin la autorización del Congreso.
Esto priva a Biden de una medida esencial de cara a las elecciones presidenciales de 2024. AFP