La producción frutihortícola, de pollo y de cerdo son algunas de las más afectadas por el creciente contrabando. Para contrarrestar esta situación, el Gobierno pondrá en funcionamiento su Unidad Interinstitucional para la Prevención, Combate y Represión del Contrabando (UIC), que estará liderada por el ex fiscal Emilio Fúster.
El incesante ingreso de mercaderías de contrabando a territorio paraguayo se debe en gran medida a los débiles controles y a la caída del valor de las monedas de los países vecinos, Brasil y Argentina.
Los productores frutihortícolas son los que resienten con mayor intensidad las consecuencias de este flagelo.
El tomate y la cebolla aparecen en una lista de productos más incautados de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA). Recordemos que está prohibida la importación de ambos productos. En el caso del tomate, no se admite su entrada desde mayo.
Estos productos inundan las calles, el Mercado de Abasto y comercios, dejando sin mercados a los productores nacionales.
POLLO. La frontera con el Brasil, específicamente Ciudad del Este, es el punto más sensible para la entrada del contrabando de pollo.
Este es un problema de larga data, pero desde que se acentuó la devaluación del real el contrabando de pollo y el de huevos blancos vinieron en aumento.
Las mercaderías son transportadas sin ningún tipo de cuidado por la cadena de frío.
Los productores avícolas sienten que la demanda está siendo contenida por productos de dudoso origen, debido a que esta varía, según los reportes que se manejan en los puntos de distribución. “(El pollo) se vende con dificultad, pero se siente la diferencia cuando se ataja un poco en Aduanas, porque repunta (la venta), especialmente en el interior”, comentó hace unos días Pablo Mauger, titular de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar).
Cerdo. El sector porcino es otro de los afectados por el flagelo del contrabando. La Mesa de Competitividad de la Cadena Porcina, integrada por distintas empresas y cámaras gremiales de toda la cadena de valor de las carnes porcinas, hace unos días a través de un comunicado advirtió que la actividad ilegal pone en riesgo a todo el rubro, desde los puestos de trabajo así como el estatus sanitario del país.
La mayor preocupación del sector reside en el hecho de que la industria porcina depende casi en su totalidad del consumo local, lo que se exporta es marginal.