El flamante presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, se reunió con representantes de la banca local para explicar los alcances de los anuncios hechos este martes por el ministro de Economía, Luis Caputo.
El plan de shock supone un fuerte ajuste fiscal con el objetivo de lograr el equilibrio de las cuentas públicas en 2024 y para ello habrá recortes múltiples en el gasto público, incluyendo la reducción de subsidios estatales a los servicios públicos y el transporte a partir de enero.
El portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, dijo este miércoles en una rueda de prensa que estas medidas con “urgencia” eran “inevitables” para lograr el déficit cero y evitar así una catástrofe de hiperinflación.
El paquete incluye recortes en la dotación de personal de la Administración pública y se teme que salarios estatales, jubilaciones y ayudas a sectores vulnerables pierdan en términos reales contra la elevada inflación, que, según informó este miércoles el ente oficial de estadísticas, saltó en noviembre un 12,8% mensual (160,9% interanual), con proyecciones de tasas mensuales del 20 al 40% hasta febrero.
“Sincerar los precios”. Aunque prometen evitar una hiperinflación del 15.000 % anual, las nuevas autoridades argentinas bregan por “sincerar los precios de la economía” que, según su diagnóstico, están “reprimidos”, un proceso que ya comenzó, tras la fuerte devaluación concretada el miércoles último, con alzas del 30 % en los combustibles y fuertes subidas en los supermercados.
En materia monetaria, el precio del dólar en bancos y casas de cambio saltó, tal como había anticipado Caputo, de 400,50 pesos por unidad a 820 pesos por dólar, lo que implica una depreciación del 50 % de la moneda argentina. Eso provocó una inmediata corrección en varios tipos de cambio, como el que se aplica a gastos con tarjeta en el exterior, aunque la cotización de la divisa estadounidense en el mercado informal y en los canales financieros se mantuvo relativamente estable.
El nuevo tipo de cambio oficial busca favorecer el ingreso de divisas por vía de exportaciones para intentar recomponer el crítico nivel de las reservas monetarias del Banco Central.
En tanto, sobre las importaciones pesará un impuesto más alto, pero los importadores tendrán ahora mayor facilidad para cancelar sus deudas con el exterior y ya no tendrán que someterse al sistema de autorización de operaciones que regía hasta ahora. Por otra parte, el CAF Banco de Desarrollo de América Latina aprobó un crédito de corto plazo para Argentina por 960 millones de dólares, dinero que el país suramericano destinará a cancelar un vencimiento de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), informaron fuentes oficiales.
“Primer gran logro. Ordenar las cuentas y hacer el ajuste correspondiente permitió a la República Argentina acceder al financiamiento del CAF y evitar el default con el FMI”, indicó la Oficina del presidente argentino, a través de la red social X.