El golpe para los vendedores de la zona es aún más con las nuevas restricciones sanitarias para evitar una explosión de contagios de Covid-19 durante las festividades del 8 de diciembre.
Una de las vendedoras de la zona de Tupãsy Ykua comentó que en principio fueron cerrados los negocios a nivel oficial por cuatro meses. Posteriormente, se permitió la apertura con las medidas sanitarias. Sin embargo, indica que la escasa concurrencia de gente ha desembocado en una especie de orfandad de ventas, jamás antes acontecido o registrado.
Indicó que la ausencia de ventas es aún mayor con el cierre del Pozo de la Virgen.
“Prácticamente ya no tenemos visitantes, ni de quienes siempre son clientes tradicionales de los puestos de ventas. Ahora, desde hace varios meses, nuestros productos no son adquiridos y, consecuentemente, estamos soportando la escasez de ventas terrible que desde hace meses nos está privando de nuestros ingresos económicos diarios, es un corte en nuestras entradas que estamos sintiendo y, por ende, nos perjudica, nos preocupa y no sabemos qué hacer”, expresó.