En 2019, en su natal Luque, Arévalo decidió emprender su propio negocio, incentivada por su sobrina, que le sugirió comercializar esta mezcla en tarros como cocido quemado instantáneo, al que solo bastara agregar agua caliente y colar. La mezcla de todos los ingredientes del cocido es elaborada de manera artesanal con el aroma y el sabor de antaño. En la casa de esta emprendedora nunca faltó el cocido quemado para compartirlo en familia o con sus amigos y fue esa tradición la que quiso impregnar en sus tarros de cocido tradicional, para beberlo en los días frescos del invierno, durante el desayuno o la merienda.
Arévalo también recurrió al Centro de Entrenamiento del Emprendedor para poder llevar adelante su propio negocio y aprender aspectos como administración y cómo otorgarle valor agregado a su tradicional producto. Ahí recibió formación en branding, puesta en valor de productos y asistencia técnica para su emprendimiento.