El Gobierno argentino confirmó ayer la clausura del “Monumental” tras la pelea protagonizada por integrantes de las barras bravas en las instalaciones del club. “He firmado la clausura del estadio por cinco jornadas”, aseguró el ministro del Interior, Aníbal Fernández. “El tema River es un caso puntual. Se le dio la posibilidad al club a que haga sus descargos a través de escritos, pero ayer a la noche (jueves) decidí la clausura”, agregó.
Además, el ministro adelantó que el Gobierno trabaja en una legislación que pueda alejar en forma definitiva a los barras bravas de los estadios. “Estamos trabajando en una legislación que ya está lista para sacar a estos tipos de las canchas”, aseveró.
POR DINERO. Los incidentes entre los hinchas se produjeron por diferencias en el reparto de un dinero de dudoso origen. Los dos grupos, conocidos por tener diferencias entre sí, se enfrentaron en medio de numerosos socios que almorzaban en el bar de la entidad de Núñez.
La gresca dejó varios heridos con armas blancas y de fuego, algunos de los cuales se fueron sin ser registrados por la Policía, una vez atendidos en la enfermería del club. En un allanamiento efectuado el miércoles, la Justicia encontró estoques, cuchillos y púas dentro de las instalaciones del estadio.
RESPONSABLES. Esta situación dejó a River y sus dirigentes en una delicada situación que puede derivar en el procesamiento judicial de estos, a causa de la violencia de sus hinchas. El subsecretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos, Javier Castrilli, dijo que los testimonios de los testigos son “contundentes” para involucrar a los dirigentes. El funcionario insistió en que ellos son responsables de la oleada de violencia que acorrala al fútbol argentino, al considerar que “usan a las barras bravas para mantenerse en el poder” por medio de un pacto de complicidad.