A esta situación se agrega el hecho de que periódicamente las actividades ilegales muestran al mundo un Paraguay que no refleja la situación del resto del país. En el exterior, Ciudad del Este suele remitir al tráfico de armas, falsificaciones, contrabando, evasión e inclusive terrorismo, percepciones que se materializaron en películas y documentales. Solo basta revisar en internet para encontrar una multiplicidad de casos judicializados que involucran cientos de millones de dólares.
La actividad económica en la zona cuenta con incentivos públicos, recursos naturales y humanos que debieran haberse traducido hace años en una mayor diversificación, productividad y competitividad y mejores condiciones de vida de su población.
Alto Paraná es uno de los departamentos más ricos del país; sin embargo, sus indicadores económicos y sociales no difieren sustancialmente del promedio nacional y, en algunos casos, se encuentra peor que otros departamentos con menor potencial económico.
El departamento es uno de los que mayores recursos reciben por royalties, siendo Ciudad del Este el distrito más beneficiado del país. Alto Paraná es uno de los mayores productores de soja y con mayor rendimiento, al igual que en otros rubros.
Todos los actores económicos de la zona debieran de una vez por todas ponerse de acuerdo para plantear una reforma estructural de su economía. Este modelo económico regional no solo es insostenible y vulnerable, lo que obliga a la región a solicitar permanentemente medidas de apoyo sino también con escaso efecto positivo a nivel microeconómico.
No es económicamente aceptable que el país siga incurriendo en altos costos económicos y de oportunidad para mantener una estructura económica que genera pocos beneficios para los habitantes de su entorno territorial y contribuya escasamente al desarrollo del país.
El Gobierno debe diseñar un plan de reactivación y proporcionar los incentivos y el apoyo necesarios para mitigar el impacto negativo del coronavirus en la población. Dicho plan debe garantizar los cambios necesarios para que Ciudad del Este deje de depender del país vecino e inicie una transformación productiva que le permita a mediano plazo una mayor autonomía, productividad y competitividad con generación de empleos de calidad y mejoras sustanciales en la calidad de vida.
El esfuerzo debe ser mancomunado. Por una parte, el sector empresarial esteño debe estar dispuesto a un cambio sustancial y, por otro lado, el Estado debe impulsar medidas que incluyan incentivos para ese cambio.
Dejar las cosas como están solo termina teniendo altos costos para el país y la permanente emergencia regional.