CIUDAD DEL ESTE
En medio de un panorama financiero delicado para la Comuna de Ciudad del Este, el interventor, economista Ramón Ramírez, alertó sobre la adquisición y operación de los buses eléctricos municipales. Uno de los proyectos más promocionados de la administración del cesado jefe comunal, Miguel Prieto.
“La inversión en estos buses se empataría recién en el año 2058. Y eso, si no se rompe ninguna unidad, si no hay que cambiar cubiertas ni hacer mantenimiento, y si los ingresos se mantienen estables”, afirmó.
Este servicio genera un ingreso mensual de G. 250.000.000, de los cuales G. 110.000.000 van para salarios y G. 25.000.000, en consumo de energía. “Quedan G. 115.000.000 por mes en la institución, pero sin contar los gastos reales de operación. Eso no paga ni una reposición de batería. Si seguimos así, tardaríamos 35 años en cubrir lo que se gastó”, aventuró.
La deuda por la compra de los 20 buses eléctricos supera los G. 63.000 millones, según el contrato N° 82/2022 firmado con Cathay SAE. De esa suma, ya se abonaron G. 38.000 millones. Pero aún resta una deuda grande. “Estamos abajo G. 35.000 millones. Más allá del servicio que presta, esta inversión no reúne las condiciones técnicas ni financieras. No es sostenible y no resiste ningún análisis de factibilidad”, sostuvo.
IMPROVISADO. Consultado sobre los estudios técnicos previos, no encontró nada al respecto. “No tengo a la vista ningún informe de factibilidad económica ni técnica. Yo no pedí un estudio desde que llegué, pero tampoco encontré uno hecho anteriormente. Lo que se hizo fue sin respaldo, sin números que sustenten la inversión”, indicó.
El servicio comenzó a operar en agosto de 2023. El primer mes fue gratuito para los usuarios y, desde entonces, el boleto cuesta G. 5.000. Cada unidad cuenta con aire acondicionado, rampas para personas con discapacidad, luces LED, cargadores USB y cámaras de seguridad. En promedio, cada bus eléctrico recauda G. 4.000.000 por día.
Para el interventor, las comodidades que ofrece no justifican el costo. “No se puede sostener un servicio solo por su imagen. La Municipalidad no está en condiciones de mantener un sistema que genera pérdidas todos los meses. Se está sacrificando presupuesto que podría usarse en salud, infraestructura, recolección de basura”, cuestionó.
IMPACTO. Además, advirtió que el impacto de este déficit recae directamente en los contribuyentes. “Todo esto lo paga la gente. No hay subsidio nacional ni apoyo externo. Lo estamos financiando con recursos municipales, que hoy simplemente no alcanzan”, recalcó.
Ramírez insiste en que este sistema se implementó sin previsión a largo plazo. “Se priorizó la foto, el impacto político, sin evaluar la viabilidad económica. Hoy estamos pagando las consecuencias de una decisión que, a todas luces, fue apresurada y carente de sustento”, remató.