28 jun. 2025

Carlos Colombino, el genio creador como arma de resistencia

[GALERÍA] Controvertido y polémico, irónico y corrosivo, Carlos Colombino no solo deja el legado de una obra con dimensión universal, sino centros y museos levantados con pasión, para albergar tesoros culturales para futuras generaciones.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

En Twitter: @andrescolman

A finales de la década del 70, en plena dictadura del general Alfredo Stroessner, Carlos Colombino fue blanco de una serie de críticas y ataques, que buscaban desacreditar su obra, considerada muy crítica contra los crímenes del régimen.

Como respuesta, el pintor pagó una solicitada en los principales diarios del país, con un texto que decía escuetamente: “ME RESBALA. Firmado: Carlos Colombino”.

Era su estilo más fiel: utilizar la ironía y el humor corrosivo, junto a su genio creador, como la mejor arma de resistencia.

“No sirvo para pegarle a nadie, para eso tengo mi lengua”, respondió en una recordada entrevista que le hicimos para la revista Vida de Última Hora, en enero de 1999.

Cuando le preguntamos por qué los artistas plásticos tienen fama de sectarios y claquistas, contestó: “Por favor, no todos. Yo solamente”.

ARTE TRANSGRESOR.

Con el fallecimiento de Carlos Colombino, las artes plásticas pierden a uno de sus más caracterizados exponentes, pero principalmente el Paraguay pierde a un hombre que dedicó su vida al rescate, a la defensa y la promoción de la cultura.

Desde sus primeras obras conocidas, en el taller de su gran amiga y compañera de sueños, Olga Blinder, en los años 50, Colombino planteó el arte como ruptura, como expresión crítica y renovadora.

Desde el Grupo Arte Nuevo desarrolló la técnica de la xilopintura como su aporte fundamental a un nuevo lenguaje plástico. Fue uno de los intelectuales más críticos durante la dictadura stronista, lo cual le valió ser perseguido. Hay cuadros suyos, como el ya legendario <em>El coronel a cuerda</em>, que constituyen el retrato más certero de lo que fue el régimen dictatorial.

¿Para qué sirven las artes plásticas?, le preguntamos en aquella entrevista para la revista Vida. Su respuesta: “Para nada, pero cuando no hacemos arte, sirve para vender”.

GESTOR CULTURAL

Nacido en Concepción en 1937, Carlos Santiago Colombino Lailla fue arquitecto, pintor, escultor, poeta, escritor y gestor cultural. Escribía sus poemas y novelas con el seudónimo artístico de Esteban Cabañas.

Su principal aporte, además de la dimensión universal que alcanzó con sus obras, fue la creación y el desarrollo de importantes proyectos culturales, museos y bibliotecas, como el Centro de Artes Visuales - Museo del Barro y el Centro Cultural de la Ciudad - Manzana de la Rivera, en Asunción, la Casa Museo Cabañas en Caapucú, el Museo de Arte Contemporáneo en Concepción.

Durante el Gobierno de Fernando Lugo fue director de la Dirección General de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Secretaría Nacional de Cultura, desde donde, entre otras cosas, impulsó el remozamiento del Archivo Nacional de Asunción y el Museo de Bellas Artes, uno de sus últimos legados.

¿Quién es Carlos Colombino?, le habíamos preguntado también en 1999. Su respuesta fue: “Alguien que no piensa renunciar a su desesperación, ni a su orgullo, ni a su pasión”.

Aún cuando ya se encontraba aquejado por la enfermedad, no dejó de elaborar proyectos. Uno de sus últimos sueños era la creación del Museo Nacional de Artes, dentro de las 12 hectáreas del Parque Bicentenario, en el sector de la costanera de la Bahía de Asunción. No lo pudo ver concretado.

En aquella entrevista en la revista Vida le habíamos pedido un título para su autoretrato. Carlos Colombino respondió con su estilo peculiar: “Solo su virtud le ofende. Fuerza ajena no le toca”.