Pese a las varias explicaciones que los responsables de la firma, técnicos y profesionales –a cuyo cargo estará la construcción– han dado, comentado y mostrado a los que están en contra de dicha obra, no hubo caso.
Existe una postura intransigente y de total rechazo a la planta, y los oponentes sostienen que en Paraguay todo se hace mal. Alegan que tras montarse dicha planta en la zona se contaminará con el tiempo el arroyo Tobatí, que cruza el sector, y luego sería dañado el ambiente y, por ende, aflorarían los olores desagradables y se multiplicarían las moscas que se constituirían en pesadilla para los que viven en el entorno.
De acuerdo con los datos proporcionados por las instituciones que invertirán en dicho proyecto, el dinero ya está disponible. Incluso ya se habría entregado un anticipo a la empresa constructora, pero los trabajos no pueden iniciarse.
Cabe recordar que esta misma situación de oposición de moradores a la construcción de la planta de tratamiento para la red cloacal ya se tuvo hace dos décadas y el trabajo no se pudo realizar.
Este proyecto, de llevarse adelante, demandaría USD 9 millones, USD 5 millones para la construcción de la planta y USD 4 millones se utilizarían en la revisión del estado en que se encuentran las cañerías de distribución de las viviendas instaladas hace dos décadas en las calles de la Villa Serrana con la esperanza de construir la obra, que actualmente tiende a tropezar con el mismo problema.