El último un entrenamiento de los anfitriones fue una práctica ligera de cerca de una hora en campo reducido, que tuvo lugar en una jornada de lluvia constante y temperatura fresca, condiciones adversas que también acompañaron a Brasil en los primeros días de su preparación en las montañas de Teresópolis.
El capitán Thiago Silva pasó gran parte del entrenamiento cojeando de la pierna derecha por un golpe y el delantero Hulk se retiró a mitad de la práctica acompañado por un fisioterapeuta, aunque sin molestias aparentes.
Brasil fue la primera selección en instalarse en su lugar de concentración, el 26 de mayo pasado. Ese día se alojó en la Granja Comary, donde ha estado relativamente aislada de los aficionados.
Tan sólo han tenido acceso a los entrenamientos las decenas de vecinos que residen en la urbanización de mansiones donde se encuentra el cuartel general de la selección.
La concentración de aficionados en la verja que separa la Granja Comary de la calle ha sido creciente conforme se aproxima el día de inauguración del Mundial, que citará el jueves a Brasil y Croacia en Sao Paulo, y Neymar y compañía han retribuido a la “torcida” con numerosos gestos de afecto.
En estas dos semanas de preparación Brasil ha disputado dos amistosos, las victorias por 4-0 contra Panamá y por 1-0 contra Serbia, que le han servido al seleccionador nacional, Luiz Felipe Scolari, para reafirmar su confianza en su once titular, el mismo que ganó el año pasado la Copa Confederaciones.
Los entrenamientos también han servido de escaparate a jugadores que a buen seguro tendrán minutos en la competición, como el centrocampista Willian, quien ha recibido muchos elogios por parte de Scolari por su capacidad de variar el juego ofensivo del equipo.
En la recta final antes del Mundial, en especial este lunes y martes, el técnico brasileño ha redoblado el entrenamiento de las jugadas a balón parado y el posicionamiento defensivo.
Pero el trabajo que ha recibido un mayor cuidado por parte de la comisión técnica a lo largo de las dos semanas de preparación ha sido la parte mental, con el apoyo de la psicóloga Regina Brandão, que ha realizado perfiles individuales de todos los jugadores, y con seminarios de motivación.
El equipo brasileño asistió la noche del lunes a un seminario de dos horas sobre comportamiento y formas de encarar grandes eventos, a cargo del profesor y hombre de negocios Carlos Julio.
En el seminario se enfatizó la importancia de la unión y el compromiso del grupo para alcanzar los objetivos trazados, que en el caso de la selección brasileña es su sexto título Mundial.
El propósito de todo este trabajo es mitigar la “ansiedad” por el debut y por la presión añadida de ser anfitriones, una palabra que ha sido pronunciada por todos los jugadores que han participado en las ruedas de prensa diarias en Teresópolis.
La selección brasileña tiene previsto viajar esta noche a Sao Paulo, donde mañana hará el reconocimiento de campo del Arena Corinthians, estadio sede de la inauguración.
El equipo de Luiz Felipe Scolari regresará a Teresópolis después del partido inaugural y tiene previsto permanecer en esta ciudad de la sierra de Río de Janeiro durante todo el Mundial.
