“Cada verano somos intimados por el crecimiento del dengue y esta vez, con la cuestión climática, resolvimos anticipar el lanzamiento de esta campaña”, dijo Luiz Inácio Lula da Silva, en alusión a las lluvias que se esperan para fines de 2024 y principios de 2025 en Brasil.
Esas crecientes precipitaciones, que aumentan cada año a raíz del calentamiento global, favorecen la reproducción del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad y que en Brasil reaparece con fuerza en cada verano austral, que comienza en diciembre.
“Hay que preparar desde ya a toda la sociedad brasileña, porque los mosquitos están en nuestras casas, en las casas de las personas más pobres, pero también en las de quienes tienen mayor poder adquisitivo y tienen una piscina abandonada”, declaró Lula en un acto realizado en el Palacio presidencial de Planalto.
Según datos oficiales, en lo que va de este año Brasil registró 6,5 millones de casos probables de dengue, tres veces más que en 2023, con 5.360 muertes comprobadas hasta la semana pasada.
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La campaña de este año, que incluirá desde la compra de vacunas, test e insecticidas hasta un refuerzo de la capacidad de los hospitales, demandará una inversión de 1.500 millones de reales (277 millones de dólares o 250 millones de euros).
La ministra de Salud, Nisia Trindade, explicó que las acciones de prevención comenzarán la próxima semana, cuando agentes comunitarios serán instruidos a visitar residencias en “cada barrio” del país a fin de identificar posibles focos y criaderos.
“El objetivo es reducir los números de casos y muertes” y “preparar a la población y a la red de salud” antes del verano, explicó.
También precisó que el Gobierno adquirirá nueve millones de dosis de la vacuna contra el dengue del laboratorio japonés Takeda Pharma, con el que también discute una “sociedad estratégica” para fabricarla en instituciones brasileñas.
Este año, las vacunas adquiridas a Takeda Pharma fueron ofrecidas en la red de salud pública, pero el Ministerio de Salud solo pudo contar con cinco millones de dosis, debido a las limitaciones que el laboratorio japonés tiene para su producción a una escala mayor.
Fuente: EFE