29 dic. 2025

Bowie, ícono de la moda y el estilo

La muerte de David Bowie no solo enlutó los escenarios, sino también las pasarelas.

Transgresor y excesivo, el músico británico fue un referente cultural durante más de cuarenta años, además de fuente de inspiración para artistas y diseñadores que versionaron cientos de veces su exclusivo glam, un estilo que ideó para brillar en el escenario y que terminó forjando un ícono. El británico solía hablar de sí mismo como la Xeron Machine, una máquina fotocopiadora, porque recopilaba y absorbía ideas y conceptos de todas partes.

Con gran capacidad para reinventarse, este cantante camaleónico se construyó con los trazos de la pintura de Warhol, el sonido de la banda Velvet Underground y la estética del filme La naranja mecánica, de Stanley Kubrick. Su verdadera transformación estética ocurrió en la década de los 70 en Nueva York, donde conoció a Andy Warhol, Iggy Pop y Lou Reed, juntos frecuentaban la famosa Factory, el estudio del pintor donde los hombres lucían vestidos, tacones, pendientes y se teñían el pelo. David Bowie barajó talento, ambición y ambigüedad sexual, un cóctel que jamás dejó de agitar y que tanto ha influido en el mundo de la moda, según destaca.

Inspirando estilo. El año pasado, la estética de Bowie estuvo presente en las colecciones de María Escoté, Agatha Ruiz de la Prada, Emilio Pucci, Anna Sui, Rodarte o Louis Vuitton, entre otras. Pero a lo largo de sus cuarenta años de carrera, David Bowie ha inspirado las colecciones de mujer de Gucci, Balmain, Dries Van Noten, Givenchy o Celine. Entre sus prendas fetiches, se encuentran la mítica americana de rayas horizontales y solapas enormes que Bowie solía combinar con ajustadísimos monos o con pantalones amplios y corbatas muy anchas. Detrás de cada uno de sus cambios estilísticos estaba la mano de Angie Barnett, su novia desde finales de los 60 y madre de su hijo, Duncan Jones, además de la de su representante, Tony DeFries, que se ocupó de cultivar una imagen más roquera e irresistible.

En la década de los ochenta, la estrella de rock se presentó con un estilo más reposado, arropado con un halo dandy. Las americanas brillantes fueron el eje central de un estilismo que se adornaba con lazadas finas al cuello. La moda no fue un complemento indirecto en su vida, sino un espejo en el que se miraba. Yves Saint Laurent, Alexander McQueen o Yamamoto crearon estilismos para la estrella del rock. Aficionado a la pintura, él mismo inspiró lienzos, como la colección de cuadros de otro músico, Paul McCartney, quien en 1999 inauguró una exposición de arte en el museo Kunstforum Lyz, de la ciudad alemana de Siegen, basada en David Bowie, Elvis Presley o Andy Warhol. Y si hubo un fotógrafo por excelencia prendado de la imagen de Bowie, ese fue el japonés Masayoshi Sukita, el artista que más veces retrató al músico británico, como la portada de Héroes. Las incursiones de David Bowie hacia otras disciplinas eran constantes y su anticipación a las tendencias, un hecho.

El modisto francés Jean Paul Gaultier celebró la extravagancia del difunto David Bowie, al que calificó como “estrella absoluta del rock”. “Personalmente, me inspiró por su creatividad, su extravagancia, su sentido de las modas (reinventándolas), su aspecto, su elegancia y su juego con el género”, dice en un comunicado Gaultier, que proyectó el aura de Bowie en sus colecciones.

Moda y amor. Bowie se casó con la supermodelo Iman, el 24 de abril de 1992. Era el segundo matrimonio para ambos, ya que el cantante había estado casado con Angie, mientras que ella había estado unida al deportista Spencer Haywood con el que ya tenía una hija, Zulekha. Parece que el artista se enamoró a primera vista cuando la conoció, un flechazo en toda regla, aunque a ella le habría costado un poco más decidirse a comenzar una relación con el artista por el tipo de vida que suponía estar junto a un cantante de tal fama, afirma el portal Hola. Iman fue de las primeras modelos africanas en alcanzar el estrellato en los años 70 y 80.