28 mar. 2024

Bolsonaro sigue arengando y Brasil se acerca a un desastre sanitario

Otros brotes infecciosos, como los del dengue, la gripe y el sarampión, amenazan con provocar una catástrofe sanitaria en el país, el cuarto más afectado por el Covid-19 a nivel mundial.

Brasilia. Bolsonaro saluda a sus seguidores, que protestan contra la cuarentena.

Brasilia. Bolsonaro saluda a sus seguidores, que protestan contra la cuarentena.

Lejos aún del pico de coronavirus y a las puertas del invierno austral, Brasil camina hacia una tormenta perfecta con la curva del Covid-19 al alza, el inicio de la temporada de influenza, el final de la de dengue y brotes activos de otros virus que creía superados, como el sarampión.

Mientras, el presidente Jair Bolsonaro continúa su guerra política contra las medidas de aislamiento de los gobiernos regionales y a favor de la vuelta a la normalidad. El mandatario, acompañado por 11 de sus ministros, arengó ayer una manifestación de sus partidarios frente al Palacio del Planalto.

En declaraciones que concedió en una transmisión al vivo por las redes sociales durante la manifestación, Bolsonaro dijo: “La población quiere trabajar para colocar comida en la mesa”, afirmó.

En esa cruzada del presidente ya han caído dos ministros de Salud en menos de un mes: Luiz Henrique Mandetta, defensor acérrimo de las cuarentenas, y Nelson Teich, que se negó a recomendar la cloroquina para todo tipo de pacientes con coronavirus

Los dos eran médicos y ahora, con la curva en plena escalada, la cartera de Salud está en manos, de forma interina, de Eduardo Pazuello, un general sin experiencia en el área. Hasta ayer, Brasil registraba 241.080 casos (7.938 de ellos en las últimas 24 horas) confirmados de Covid-19, superando ya a Italia y España, y 16.118 muertos (485 en 24 horas), reforzándose como el cuarto país más afectado por la pandemia.

OTROS BROTES. El pico está previsto que se alcance en las próximas semanas, aunque el coronavirus no será la única emergencia sanitaria a la que tendrá que hacer frente el precario sistema brasileño de salud pública.

La expansión del coronavirus, que llegó a Brasil en febrero, se produce en medio de otros brotes infecciosos.

El país ahora está superando el pico de dengue, que también es portador del virus del zika, la fiebre amarilla y el chikunguña, que suele ser en abril y mayo.

Según el último boletín del Ministerio de Salud, en lo que va de año se han notificado 676.928 casos probables de dengue, con una tasa de incidencia de 322 casos por 100.000 habitantes, y 265 óbitos.

A partir de junio, con la llegada del invierno austral, los casos de dengue bajan, pero suben los de gripe común y otras enfermedades respiratorias.

En 2019, Brasil, que cuenta con una población de 210 millones de habitantes, registró 1.122 muertes por los tres tipos de influenza, según datos oficiales.

Este año a la influenza y el dengue se suma el Covid-19 y con ello la dificultad de diferenciar cada caso.

MALAS PERSPECTIVAS. Mauricio Lacerda, de la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP), trabaja en el hospital de São José do Rio Preto y asegura que “las perspectivas son muy malas” de cara al invierno.

“Aquí en el hospital ya tenemos pacientes de influenza, de Covid-19 y de dengue, y tuvimos muertes por las tres. A todo esto hay que añadirle también brotes de sarampión que continúan activos en las cinco regiones de Brasil: norte, nordeste, centro-oeste, sudeste y sur.


São Paulo, a un paso del colapso
El sistema de salud de São Paulo está próximo al colapso por la creciente demanda por camas para pacientes con Covid-19, dijo el alcalde de la mayor ciudad brasileña y sudamericana, Bruno Covas, quien admitió que estudia la posibilidad de decretar la cuarentena total. “Las tasas de contagio en la ciudad siguen en alta e invirtieron una tendencia de caída que se venía registrando hasta comienzos de mayo”, afirmó.

241.080
casos de Covid-19 contabiliza Brasil, que hoy superará al Reino Unido, tercer país más afectado del mundo.

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