Con motivo de esa “despedida”, Bolsonaro encabezó una ceremonia en la que hizo un largo repaso de su gestión y enalteció el papel que los militares han tenido en la historia, en coincidencia con el 58 aniversario del golpe del 31 de marzo de 1964, que instauró una dictadura que perduró hasta 1985.
Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, volvió a negar que ese régimen haya sido una dictadura y, como en otras ocasiones, lo citó como modelo de un país “libre”, en el que “todos podían ir y venir”, en contraste con los “valores defendidos por la izquierda”.
También reiteró sus críticas a la Justicia electoral y a la Corte Suprema, y asoció a la izquierda a la “corrupción desenfrenada que hubo en Brasil”, en abierta alusión a Lula, a quien todos los sondeos sitúan como favorito para las próximas elecciones.
En referencia a esos comicios, Bolsonaro reiteró: “No serán una lucha de la izquierda contra la derecha, sino del bien contra el mal, y el bien va a vencer”.
La reforma del gabinete oficializada el jueves fue forzada por las normas electorales, que obligan a los ministros que se postularán a algún cargo a dejar sus puestos en el Ejecutivo al menos seis meses antes de las elecciones, que se celebrarán el próximo 2 de octubre.
CAMBIOS. Los nueve cambios oficializados en primera instancia fueron en los ministerios de Agricultura; Infraestructura; Trabajo; Turismo; Ciudadanía; Mujer, Familia y Derechos Humanos; Desarrollo Regional; Secretaría de Gobierno y Ciencia y Tecnología.
Entre los ministros que dejaron el Ejecutivo el jueves se destacan los de Infraestructura, Tarcísio Freitas, y Trabajo, Onyx Lorenzoni, quienes aspirarán respectivamente a los Gobiernos regionales de Sao Paulo y Río Grande do Sul, así como el titular de Ciudadanía, Joao Roma, quien será candidato al Gobierno de Bahía.
Marcos Pontes, hasta ayer titular de Ciencia y Tecnología, se presentará como candidato a diputado.
En todos los casos, las vacantes serán cubiertas por los actuales viceministros o funcionarios de esos despachos, según ha dicho Bolsonaro.
MILITARES. En la primera lista no constó la salida del ministro de Defensa, el general de la reserva del Ejército Walter Braga Netto, confirmada un poco después de la ceremonia de despedida, y quien deja el cargo pero para ser candidato a vicepresidente en la fórmula de Bolsonaro, como el propio mandatario ya ha insinuado.
Según aclararon fuentes oficiales, la salida de Braga Netto se oficializó un poco más tarde, pues este mismo jueves tenía pendiente en su despacho un comunicado sobre el aniversario del golpe de 1964, que a la postre fue su último acto como ministro y reforzó el talante castrense e ideológico de la fórmula que prepara Bolsonaro.
GOLPE DE 1964. La nota, leída como “Orden del Día” en los cuarteles, se refirió al golpe de 1964 como un “Movimiento” que “reflejó las ansias y las aspiraciones de la población”, apoyado por “las familias, iglesias, abogados, las Fuerzas Armadas y la sociedad en general”.
Esas fuerzas, según dice el comunicado firmado por Braga Netto, “reaccionaron para restablecer el orden e impedir que un régimen totalitario fuese implantado en Brasil”, en referencia al carácter “comunista” que los militares de la época le atribuían a Joao Goulart, el moderado líder laborista derrocado en 1964.
Moro se baja de la candidatura
El ex juez (condujo el caso Lava Jato) y ex ministro de Justicia Sergio Moro desistió de ser candidato a la presidencia de Brasil en las elecciones de octubre, para las que aparecía como el tercer favorito, según las encuestas. “Renuncio a la precandidatura presidencial y seré un soldado de la democracia para recuperar el sueño de un Brasil mejor”, indicó en sus redes sociales. AFP