Una escenografía cálida, con luces colgadas que daban la sensación de luz de velas, solo una silla y una mesita de luz con un velador encendido fueron parte del espectáculo, que tuvo como protagonista central a Berta Rojas, quien desde que salió a escena mantuvo al público en una especie de trance musical.
Berta se dirigió al auditorio tomando un micrófono cada vez que iba a presentar una de las canciones que formaban parte del programa, dividido en dos partes. Su voz, siempre serena, suave y casi imperceptible, era parte de la magia que mantuvo en total concentración a todos los presentes hasta el final.
Al inicio de su impecable presentación, reflexionó acerca de la importancia de destacar el trabajo de las féminas en el ámbito musical en el tiempo, y su aporte al visibilizarlo a través de su último disco: Legado.
También mencionó nuevamente su alegría y satisfacción de volver a tocar con su adorada Rojita, apodo de su guitarra construida por el lutier Michael O’Leary, y recordó como anécdota que el instrumento fue sustraído tras dar una clase en la que justamente destacó el gran valor de este en su vida. La Rojita fue robada en abril en Cleveland y estuvo dos meses perdida.
Muchos seguidores de Rojas señalan que la concertista tiene un “dominio absoluto de su instrumento”, pero más allá de estar de acuerdo con esa aseveración, lo que el espectador común logra captar al escuchar en vivo y en directo, y ver cada expresión y microexpresión de la artista, abrazando su guitarra, es la total fusión de ambas durante la ejecución de cada música.
HOMENAJE. En la primera parte del memorable concierto de reencuentro entre la artista y su público asunceno, despertó bellas sensaciones y emociones muy dulces con sus interpretaciones de Segovia (Presti), Idylle pour Ida Op. 93 (Duarte), Danse Rythmique (Presti) y Sonatina (Moreno Torroba). En la segunda parte, el público disfrutó de un estreno, una primera audición en el país de Anido’s Portrait (Sergio Assad), composición del brasileño Sergio Assad escrita en honor de la argentina María Luisa Anido y dedicada a Rojas.
SORPRESA. Sin embargo, fue en el último tramo del viaje mágico del concierto donde Berta literalmente quitó la respiración de muchos, sorprendiendo con la invitación a escuchar a la Rojita al natural, en forma acústica, con las obras de Agustín Pío Barrios Mangoré, lo cual fascinó a todos.
Así, las piezas: Caazapá, Jha che valle, Danza paraguaya y La Catedral se disfrutaron al máximo sin amplificación y con una maestría y sentimientos únicos de la mano de la guitarrista. La ovación y los aplausos finales fueron contundentes, los cuales Berta retribuyó con un bis, el brillante El último canto.
Berta Rojas se presenta nuevamente el próximo 5 de agosto, a las 20:00, en la Universidad Autónoma de Encarnación.
La concertista internacional brilló una vez más en el escenario del Teatro Municipal Ignacio A. Pane, ofreciendo un concierto cálido, íntimo y cargado de emociones y sentimientos.
