El ajuste de 25 puntos básicos fue similar a los efectuados en febrero, marzo, julio y agosto pasados (ver infografía), y responde a la conveniencia de aplicar una política monetaria “más acomodaticia”, según se explicó en el comunicado del Comité Ejecutivo de Operaciones de Mercado Abierto (Ceoma).
“En el plano doméstico, los indicadores de actividad y de demanda han mostrado un mejor desempeño en el margen; no obstante, las tasas acumuladas de crecimiento siguen siendo negativas”, reconoce el BCP, en coincidencia con proyecciones del sector privado que siguen recortando sus expectativas de expansión del producto interno bruto (PIB) para este año, llegando inclusive a pronósticos de contracción de hasta 1,5% y con preocupación respecto al débil rebote que aparentemente se tendrá en el 2020.
En cuanto al plano externo, la banca matriz señala que persiste el riesgo a la baja en las perspectivas de crecimiento económico mundial, mientras que el entorno regional se mantiene complejo, especialmente, por la situación económica en Argentina.
El BCP recuerda recientes acontecimientos, como el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, y las tensiones geopolíticas en el Reino Unido y Arabia Saudita.
“La Reserva Federal ha adoptado una orientación más laxa de su política monetaria con un segundo recorte de tasas en setiembre”, detalla el BCP, al recordar que está siguiendo el camino de la política monetaria implementada por Estados Unidos.
Respecto a los precios de la canasta básica, el Ceoma considera que “la inflación total y las medidas subyacentes se mantienen en la zona inferior del rango meta (4% de centro, con flotación de 2% a 6%). Además, (...) no se avizoran presiones inflacionarias en los próximos meses”.
Este año, la economía paraguaya se ve golpeada por una menor producción de soja y una merma de la generación de energía eléctrica en las binacionales.