Barcelona no tuvo contemplaciones ayer y goleó 4-0 al Atlético de Bilbao para consagrarse campeón de la Copa del Rey y, además, insuflarse así ánimos para pelear el tramo final de la liga y tratar de retener, a fuerza de títulos locales, a Lionel Messi.
Precisamente un doblete de su máxima estrella en cuatro minutos (68 y 72), sellaron la victoria que abrieron, solo doce minutos antes del cuarto gol, Antoine Griezmann (60’) y Frankie de Jong (63’).
Los catalanes gana su copa monárquica número 31, la primera desde 2017. Bilbao perdió su segunda final seguida.