Eeeks, Midistroy, Mocasinos, Karaoke Chaco’i, Oblivion X, Milk Shake, Super Turbo Diesel, El Culto Casero, Lost Gatos, La Otra Cara de la Nada son solo algunas de las tantas bandas emergentes que van ganando espacios en la movida asuncena y a nivel nacional.
La música indie, el rock alternativo, el reggae, surf rock, ritmos latinos, fusión y el estilo revival, inspirado en canciones y grupos desde la década de los 60 hasta la actualidad, forman parte de las tantas propuestas que cobran relevancia en el escenario local.
INDEPENDIENTE. Una banda emergente es Midistroy, que ofrece una mezcla musical creativa de la mano de Patricia Latorre (voces y sintetizadores), William Dunkel Perinetto (máquina de ritmos y sintetizadores), Rodrigo Drigs Gómez (guitarra y voces) y Javier Arévalos (bajo y voces).
“Empezamos Midistroy cuando nos recomendaron comprar una TR8 Roland, una máquina de ritmos. Esto nos permitió tocar de modo distinto a la hora de fusionar música electrónica e instrumentos musicales, a diferencia de los grupos que usan pistas de computadora para su apoyo musical”, expresa el guitarrista Drigs Gómez.
“Tocamos con una máquina de ritmos en vivo y le da un aire distintivo y electrónico, mezclado con guitarras y bajo. Así comenzamos a experimentar más de un año. Luego grabamos un demo, hoy disponible en Spotify y Deezer. Actuamos desde agosto del 2017 en espacios underground, centros culturales y ya participamos en el festival Asunciónico”, añade Gómez.
MÁS. Otra nueva banda emergente es Mocasinos, surgida en el 2017 con Fernán Villalba (batería), Migue Rodas (guitarra) y Paulo Joaquín (bajo y voz). “Comenzamos siendo una banda de estilo mod revival, una mezcla de punk y garage, estilo británico y soul crudo, con guitarra distorsionada, bajo con groove y batería estilo punk”, revela Paulo Joaquín.
Relata, además, que se introdujeron en una movida con influencias del rock y el beat de los 60 y ya grabaron su primer material con siete temas, masterizado en EEUU y a lanzarse en marzo próximo.
Luego de meses de ensayo, también se sumó al grupo Nelson Sosa en la guitarra, cultivando temas de los 60, con influencias de bandas latinas, como Los Gatos Salvajes (Argentina), Los Ampex (Colombia), Los York’s (Perú) y Blue Caps (Paraguay), además de artistas de la discográfica Motown y de la corriente del northern soul. También se inspiraron en grupos en inglés de los 60, como The Zombies, Mockingbirds, High Numbers, The Gants, Georgie Fame, Booker T y el punk de los 70.
“El underground paraguayo tiene muchas bandas de diversas escenas como del surf, reggae y soul, además de cumbia sesentosa, música negra y jamaiquina de los 60”, agrega.
Por su parte, Aharon Emery, del grupo Eeeks, dice que recorrieron bares de la capital que apuestan a la música en vivo y en espacios de San Lorenzo, Fernando de la Mora, Paraguarí, Yaguarón, Encarnación y Ciudad del Este. También participaron en festivales, como el Asunciónico, Gramo Fest, Personal Fest, Cosquín Rock Py y otros.
“Contamos con influencias de clásicos de los 60, como The Beatles, The Who, Frank Zappa, y de agrupaciones actuales, como MGMT, y de varios grupos de los 70, 80 y 90”, agrega Emery.
El músico estadounidense Austin Owen visitó el país años atrás y trabó amistad con los músicos de esta banda, quienes grabaron –en su estudio de Oracle, Arizona (EEUU)– el segundo material. “Grabamos 80% analógico con cintas y escasa intervención digital”, aclara sobre el estilo de producción que escogieron para sus álbumes Pet City (2017) y Oracle (2018).
“La escena del underground paraguayo está creciendo y está diversificándose. Ya compartimos escenario con The Crayolas, El Culto Casero y otras más”, comenta el guitarrista de esta formación que ya realizó varias giras por territorio estadounidense.
“Nos inspiramos en la floresta sonora de los sesenta, los salvajes latidos de los setenta y las influencias modernas similares”, revela en tanto el guitarrista y vocalista Andrés Ortiz, que integra Karaoke Chaco’i junto con Martín Garay (bajo), Nicolás Zárate Denis (batería) y Aledecat (teclados).
Cuenta que todo surgió en el 2017, en una sala de ensayo cerca del Casco Antiguo del centro de Asunción, donde buscaron experimentar nuevos sonidos. Su movida transcurre en bares de Asunción o de las afueras de la capital. “La música es de autoría propia y estamos en proceso de grabar nuestro primer álbum de estudio”, revela.
Considera que el underground está latente hace años, sin un lugar específico y con su grupo sienten la libertad de crear música que califica como “no erudita”.