La parlamentaria, quien también es pastora de su iglesia, no se quedó a participar del debate que atañe a su Concepción, sobre las tierras de Antebi Cué. Anteriormente, ya se dio otro caso similar en que la misma confundió la Cámara Alta con un templo.
“¿Quién se anima a ponerse en pie realmente y hacer una acción de gracias correspondiente? Quién me acompaña con esto? Levanten sus manos, porque acá hasta tenemos que votar”, desafió a sus demás colegas.
Los que se tomaron por aludidos inmediatamente levantaron sus manos en señal de acompañamiento y se pararon para orar.
Los que permanecieron en sus respectivas bancas fueron los senadores del Frente Guasu y la colorada Lilian Samaniego. Juan Carlos Galaverna se paró, pero luego volvió a sentarse en su curul.
“Parémonos entonces, el que quiere”, expresó casi a los gritos en la sesión.
Luego se dirigió al “Padre Celestial en el nombre de Jesús” para agradecer que están con vida, que no están en ningún hospital ni tienen que batallar con ninguna enfermedad. En ningún momento recordó a los enfermos.
“Te agradecemos, Señor, esta misericordia tan grande, por cada compañero y compañera en este lugar, y en este recinto en el Senado, por esa gracia que tenemos de representar a un pueblo”, manifestó Bajac.
Pidió sabiduría para poder ejercer dignamente ese lugar y poder ser un canal de bendición para mucha gente en este país. “Te damos gracias por el reinicio del periodo parlamentario”, concluyó.
Caso Antebi Cué fue al archivo
Tras un largo debate, finalmente ayer se rechazaron dos proyectos que establecían un régimen especial y transitorio para la regularización de la tenencia y ocupación de las polémicas tierras de Antebi Cué. El liberal Fernando Silva Facetti propuso el rechazo porque los ocupantes no son sujetos beneficiarios de la reforma agraria.
Fidel Zavala y Stephan Rasmussen, de Patria Querida, argumentaron a favor de la propuesta, al igual que el liberal Ancho Ramírez.
El luguista Hugo Richer sugirió que se desaloje, así como se actúa con los humildes compatriotas.
El abdista Enrique Bacchetta pidió “que se quiten a patadas a estos sinvergüenzas”, por los ocupantes.
Se intentó postergar, pero se presionó para que se trate. Se rechazó y se remitió al archivo.