Apenas al asumir el cargo en julio pasado, el titular del Congreso, Basilio Bachi Núñez, había anunciado la eliminación de 150 direcciones, de las 300 existentes, y todos deberían justificar su sueldo. También dijo que exigiría que todos justifiquen con trabajo el salario que perciben y eliminará más de la mitad de las direcciones que hoy existen. No solo incumplió dicha promesa, ya que desde los primeros meses de su administración comenzó a firmar contratos que hasta la fecha llegan a 455 donde, sin ningún tipo de concurso o méritos, ingresan familiares, amigos y operadores políticos, principalmente del partido oficialista. Núñez también dijo que iba a solicitar asesoramiento a la Contraloría General de la República para hacer los primeros cambios como nuevo ordenador de gastos.
“Antes de que termine el año, el Senado va a tener menos de la mitad de las direcciones que hoy tiene”, fue lo que dijo el mismo día que asumió el cargo.
También precisó que, de ser necesaria la distribución horaria en doble turno, se establecerá esta metodología e incluso, la posibilidad de atender los sábados. “Todos tienen que justificar lo que están ganando”, afirmó el senador, quien habló de sanciones para quienes lleguen tarde o se ausenten al trabajo.