El estudio, publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se basa en el análisis de los génomas de 124 especies de aves vivas y en la construcción de un árbol evolutivo para las neoaves, grupo que incluye el 95% de todas las aves modernas.
Los investigadores combinaron los registros fósiles con los datos genéticos y descubrieron que las principales líneas evolutivas de las aves se pueden dividir en dos grupos: las especies terrestres y las acuáticas.
Según los expertos, la división se produjo durante el período Cretácico tardío (hace unos 87 millones de años), mucho antes de la extinción de los dinosaurios hace unos 66 millones de años.
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Los hallazgos contradicen la creencia generalizada de que la extinción de los dinosaurios fue seguida por una rápida evolución de las especies de aves y los estudios que apuntaban a que la catástrofe que acabó con los dinosaurios eliminó la competencia de las aves por los recursos, lo que facilitó su rápida diversificación en las 11.000 especies que vemos hoy en día.
El evento que causó la desaparición de los dinosaurios “parece haber tenido un impacto limitado en la evolución de las aves”, según uno de los autores del estudio, Wu Shaoyuan, citado este lunes por la agencia estatal Xinhua.
Los investigadores que participaron en el estudio señalaron asimismo que un evento de calentamiento global ocurrido hace 55 millones de años fue el responsable de la evolución de algunas aves marinas modernas como los pingüinos y las gaviotas.
EFE.