La crisis por la falta de mercado para los productos hortícolas paraguayos volvió a encender un duro cruce entre la Asociación de Importadores y Comerciantes de Productos Frutihortícolas (Asicofru) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Karen Leguizamón, presidenta de Asicofru, lanzó fuertes críticas contra el ministro Carlos Giménez, a quien acusó de “mentir” y desinformar sobre la situación del sector y, en consecuencia, “incentivar el contrabando”.
Leguizamón afirmó que el país se está abasteciendo mayoritariamente de productos ingresados ilegalmente, debido a la falta de producción nacional suficiente.
La dirigente acusó que, aunque la importación de papa y cebolla está prohibida hace tres meses, las bolsas ingresadas desde la Argentina “se exhiben abiertamente en mercados y supermercados”, desplazando por completo a la producción nacional. “Este país está teniendo hambre y se está abasteciendo con contrabando. Acá gana la estructura del contrabando, que hoy cubre entre el 80% y 90% de la necesidad del país”, lamentó.
Respuesta de Giménez. Desde el MAG, el ministro Carlos Giménez rechazó las críticas y afirmó que el Gobierno realiza un monitoreo permanente de la disponibilidad de productos.
Aseguró que la importación solo se habilitará cuando exista una verdadera escasez en el mercado. “Cuando tenemos la alerta de que ya no se puede cubrir la demanda interna, otorgamos el certificado Afidi”, explicó.
El ministro insistió en que aún existe oferta suficiente: “Tenemos muchísimos productos. Nuestro camión del MAG incluso distribuye en los lugares donde se solicita”.
La confrontación entre el gremio frutihortícola y el MAG se profundiza en un contexto marcado por pérdidas en las chacras, falta de calidad en la producción local, caída de precios y un mercado saturado por el contrabando.
“Falta una cadena comercial eficiente”
El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, afirmó que la crisis que enfrentan los productores de tomate y cebolla, con la falta de compradores para sus productos, es consecuencia de un mercado interno saturado, problemas de planificación y una estructura comercial frágil que no acompaña el crecimiento de la producción.
Alegó que la desesperación entre los horticultores se repite cada año: Exceso de oferta, precios por el suelo y toneladas de tomates y cebollas que no encuentran comprador. Cristaldo explica que el problema ya no es solo el contrabando, aunque sigue siendo un factor relevante, sino algo más profundo: “Hay un aumento de la producción sin una suba equivalente de la demanda interna. Si producís 7 millones de kilos de cebolla y el país consume 5, hay 2 millones que quedan descolocados en el tiempo”, afirmó.
Agregó que la falta de planificación hace que la producción se concentre en periodos muy cortos y todos los horticultores apuntan a las mismas ventanas de siembra.