Megaupload es un servicio de almacenamiento de ficheros que permite subir o bajar desde internet archivos de todo tipo. Un amigo, ingeniero informático, es desde hace tiempo cliente de Megaupload. Lo empezó a utilizar en la universidad para almacenar en sus servidores documentos académicos Word y Excel. Fue su nube en internet antes de que se empezara a hablar de cloud computing (la nube). También, claro, se bajaban películas.
Por 19 euros cada 3 meses, este amigo disfrutaba de una serie de ventajas. No tenía límite de descarga y lo hacía a la máxima tasa de velocidad porque tenía prioridad sobre los usuarios gratuitos. Tampoco tenía límite de almacenamiento. “No se trata de un sistema P2P. Aquí, Megaupload alberga los contenidos en sus propios servidores y la descarga es directa, mucho más rápida”. Cuando alguien subía un archivo, se generaba un enlace, que Megaupload suministraba al internauta. Todo aquel que conociera el enlace podía acceder al archivo. “De ahí que Megaupload alegara históricamente que no tenía por qué conocer lo que los internautas almacenaban en sus servidores”. Obviamente, si el titular de este enlace lo distribuía a terceros, todos aquellos que lo supieran podrían disfrutar del mismo acceso. “De hecho, las páginas de enlaces que ofrecen una descarga desde Megaupload lo que están haciendo es tramitar el acceso a través de uno de esos códigos”.
Una diferencia con servicios de la competencia es que Megaupload permitía, a través de Megavideo, al usuario que hubiera subido un filme, o quien tuviera la llave de acceso, verlo por streaming (sin descarga). Si el internauta no estaba suscrito al servicio tenía un límite de 75 minutos al día. El cliente premium no tenía límite.