“Las firmas informales afrontan los riesgos y costos de no tener la protección que el Estado les puede brindar. La ineficiencia es característica de las firmas informales, así como el acceso limitado a crédito y la dificultad de utilizar mejores canales de distribución de sus productos”, dice Rodrigo Ibarrola, analista del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep). ¿De qué manera el próximo gobierno podrá encarar este reto? El analista indica que la estrategia debe ser incrementar la productividad de los trabajadores y de las empresas, disminuir la vulnerabilidad de los trabajadores y promover el respeto al marco normativo.
Las nuevas autoridades deberán reactivar la tendencia del crecimiento económico que caracterizó al país a comienzos de este siglo, y que ha venido perdiendo aceleración ya hace más de un lustro, de acuerdo con su análisis.
La estrategia a ser diseñada debe tener como objetivo incrementar la productividad de los trabajadores y de las empresas, disminuir la vulnerabilidad de los trabajadores y promover el respeto al marco normativo, según dice.
“Se debe tener bien en cuenta que reducir la informalidad no debe ser a cualquier costo (una política muy restrictiva podría aumentar la criminalidad); elevar el atractivo de la formalidad es mejor que su penalización; que la formalización del trabajo y la actividad económica no deben enfocarse obstinadamente en todas las empresas por igual”, destacó Ibarrola.