“Necesitamos fortalecer la joven democracia, por ello necesitamos partidos fuertes, institucionalizados y autónomos”, remarcó.
Consideró saludable el debate sobre el destino del dinero público y, sobre todo, en tiempos de crisis económica. “El gran desafío pasa por lograr mayores controles por parte del Estado en los partidos. Así como la justicia ataca la autonomía de los partidos políticos –cuando por ejemplo repone inmediatamente a parlamentarios suspendidos por desobedecer mandatos de su máxima autoridad–, así también se espera que el Estado actúe férreamente y controle no solo en qué gastan los partidos políticos, sino también los ingresos que consiguen por fuera de la financiación estatal. Esta es una demanda regional”, apuntó. Agregó que la financiación estatal debe servir para darle autonomía e igualdad de condiciones a los partidos políticos.