28 mar. 2024

Alerta estudiantil

Lida Duarte – @lidaduarte

Protesta. Universitarios marcharon ayer por las calles del centro capitalino en reclamo del arancel cero universal.

Protesta. Universitarios marcharon ayer por las calles del centro capitalino en reclamo del arancel cero universal.

La reglamentación de la Ley de Arancel Cero echó por tierra la esencia de una propuesta que buscaba el acceso universal y gratuito a la educación terciaria. El viejo anhelo de las y los jóvenes que cobró fuerza durante la primavera estudiantil en el 2015 fue una victoria a medias.

En solo una semana Mario Abdo pisoteó demandas sociales que se prestaban a avances en este 2021. Primeramente dio marcha atrás a la transferencia de tierras a campesinos que viven en Marina Cué, luego de haberse comprometido públicamente con este trámite. La comunidad que perdió a sus miembros en la masacre de hace casi 10 años sigue sin tener título de las tierras que labran, que cuidan y que es su hogar.

En un intento por eludir el compromiso que había asumido, el mandatario presentó una forzosa propuesta alternativa y días después, cuando ya se iba agotando el tiempo para las inscripciones en las universidades, la decepción llegó al sector estudiantil.

El decreto reglamentario sobre la gratuidad en la educación universitaria es sobre todo discriminativo. La medida niega el acceso universal en condiciones de igualdad para todos los jóvenes y además establece parámetros que no condicen con la realidad de las y los estudiantes paraguayos.

Esta situación alertó nuevamente a las y los estudiantes, que en simultáneo a esta reivindicación siguen peleando para transformar la Universidad Nacional de Asunción, así como las demás universidades e institutos públicos, que desde la primavera estudiantil reportaron pocos o nulos cambios en su estructura acogotada de corrupción y de cupos partidarios encargados

El texto establece que los estudiantes de la educación media que provengan de instituciones del sector privado gestionen la acreditación de su situación de vulnerabilidad a través del Ministerio de Desarrollo Social, una burocracia más y en medio de una falta de credibilidad hacia las instituciones.

También excluye a los estudiantes que sobrepasen dos años del periodo establecido en el proyecto académico y a los que se hayan tardado más de cinco años en inscribirse a la universidad luego de culminar la educación media, una demora que responde a diversos factores ajenos a la voluntad de los aspirantes y que están relacionados en general a la pobreza, el desempleo y la desigualdad en las familias paraguayas.

Estas situaciones de vulnerabilidad impiden a las familias sostener los gastos de una educación terciaria de sus miembros. A las matrículas, se suman los pagos por “derecho a examen”, pero además se deben tener en cuenta los gastos en pasaje, compras de libros y de otros insumos.

Los y las jóvenes deben así volcarse a trabajos de medio tiempo, informales y mala paga para intentar cubrir su educación terciaria y al mismo tiempo colaborar en el hogar. Por supuesto que el trayecto en estas condiciones enlentece la formación académica de los universitarios, pero el Gobierno en vez de asistirlos, los castiga. Los empuja a buscar opciones en el sector privado, que va creciendo en detrimento de la educación pública y de calidad.

El debate sobre estas decisiones se trasladó a las redes sociales, donde llama la atención un sector que se expresa a favor de la calidad de los profesionales universitarios, pero a su vez está de acuerdo con todo tipo de trabas para el acceso universal y gratuito a la educación terciaria, se vuelca hacia el elitismo y defiende toda forma de penurias como una expiación de los y las jóvenes de bajos recursos que se “atreven” a llegar a las universidades.

Por otro lado, están las y los estudiantes que nuevamente salen a las calles para protestar contra el decreto reglamentario, al que consideran inconstitucional al violar artículos de la Constitucional Nacional que garantizan la educación y la igualdad. Entienden que una lucha tan perseverante no debía terminar con una medida tan discriminativa.

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