La descarga de alrededor de 540 piscinas olímpicas de agua durante décadas en el Pacífico es un paso importante para desmantelar la central, todavía muy peligrosa doce años después de uno de los peores accidentes nucleares de la historia.
Un video en directo retransmitido por el operador de la planta Tepco mostró a los ingenieros de la empresa trabajando en ordenadores mientras un responsable informaba, después de una cuenta regresiva, que “se están abriendo las válvulas cerca de las bombas de trasvase de agua”.
SUPERVISIÓN. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de la ONU, que dio el visto bueno al plan, supervisa este proceso que a su entender se adecua a “las normas internacionales de seguridad” y tendrá una impacto “insignificante en la población y el medioambiente”.
Sin embargo, poco después del anuncio del inicio del vertido, China decidió suspender todas sus importaciones de productos del mar procedentes de Japón y calificó el plan de Tokio de “extremadamente egoísta e irresponsable”. AFP