Los denunciantes mencionan que viven en constante preocupación y en zozobra, ya que estas personas, según detallaron, entran y salen de los autos abandonados, sea de día o de noche.
Acotaron que hasta el lugar van con botellas de bebidas para tomar, o para drogarse. También van jovencitas adictas al chespi que están usando el sitio para prostituirse.
Una pobladora refirió que están todo el tiempo en alerta, viven con miedo, porque en el vecindario hay muchos niños y tienen que cruzar por el lugar para ir a la escuela.
Otro vecino señaló que no pueden descansar, ya que en todo momento los chespis deambulan por las calles y tienen que asegurar sus portones, porque en cualquier momento entran a las casas, sin tocar, y llevan lo que encuentran en su camino, además de que bajo efecto de las drogas protagonizan peleas.
El terreno figura a nombre de Fermín Yegros, de quien los pobladores no saben nada.