Con el acuerdo operativo que se firmará hoy en Buenos Aires, el cual pretende reordenar financieramente a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), se aseguran los ingresos para financiar el plan, en el cual ya se invirtieron USD 200 millones, pero para el que todavía se necesitan USD 400 millones, según lo había confirmado el abogado Federico Vergara, jefe financiero paraguayo de la central.
Por su parte, Yorg informó que están trabajando con el contratista para culminar las negociaciones y reiniciar “a partir del segundo semestre” los trabajos de la maquinización de Aña Cuá, que inyectará 270 MW a Yacyretá, representando un incremento del 10% en la producción de energía anual de la hidroeléctrica. Esta potencia, a su vez, se traducirá en “ingresos adicionales del orden de los USD 70.000.000 anuales”, y de unos USD 6.800.000 al año para Paraguay en concepto de royalties, según la EBY.
“Si era por nosotros nos hubiese gustado ya reiniciar lo antes posible, y no hacer un plan de transición, que es un plan de transición mínimo, que consiste en movimiento del suelo. Son tareas que hacen también al programa de trabajo, no aisladas. Por ejemplo, estamos recreciendo la presa principal, la presa principal hay que recrecer, hay que rellenar. Entonces, va avanzando así por cota, por capa, eso se está haciendo. Y eso se hace porque requiere menos personal y más equipos. Por ejemplo, los camiones, los compactadores, son más equipos que personas. Entonces, es más fácil hacer ese programa de transición que hacer hormigón armado. Hormigón armado requiere mucha logística, mucho movimiento de personal, muchos recursos”, explicó el gerente paraguayo.
El objetivo es que reinicie la obra en el rubro de hormigón armado, “que es el camino crítico del proyecto”.
Detalles. El ingeniero destacó el acuerdo en la EBY porque “posibilita tener el financiamiento necesario y suficiente” para reiniciar y culminar las obras de Aña Cuá. “Hoy tenemos un avance de más del 35% de ejecución de la obra, y nosotros, desde octubre del año pasado, estamos haciendo lo que se denomina un plan de transición, que es un plan de trabajo mínimo necesario y suficiente para poder mantener la obra. Es como decirte, bien y pronto, que es terapia intermedia, para que el paciente pueda seguir manteniendo las funciones, seguir tratándole hasta que se recupere”, relató Yorg.
En el caso de Aña Cuá, se mantienen las conversaciones y negociaciones con el contratista civil, a los efectos de poder arribar a acuerdos que permitan reiniciar la obra en su totalidad. “O sea, dejar ese plan de transición mínimo que estamos haciendo y ya reiniciar la obra en su totalidad, con todos los frentes que se necesitan para poder terminar la obra en el 2028, o principios del 2029”, insistió el ingeniero.
Admitió que las negociaciones “son complejas y llevan su tiempo lastimosamente, pero que son necesarias”. Luego de que las obras pararon, cientos de empleados quedaron sin trabajar y Yorg agregó que el efecto más importante “va a ser justamente que la gente que estaba trabajando pueda volver a trabajar”. “Va a tener un impacto social muy importante el reinicio de la obra”, aseguró.