“En cada ámbito del arte pudimos concienciar sobre nuestra búsqueda”, afirmó Estela de Carlotto durante la ceremonia de entrega del doctorado Honoris Causa en Lengua y Literatura que la Universidad Roma Tre le ha concedido por las iniciativas culturales, desde el teatro a la música, que ayudaron a expandir la actividad de su asociación.
Desde 1977, las Abuelas buscan a cerca de 500 nietos desaparecidos durante el periodo de represión y persecución contra disidentes al régimen de la junta militar argentina (1976-1983), durante el que desaparecieron unas 30.000 personas.
👏🏽Estela, Doctora Honoris Causa de la @UnivRoma3. A su lado el rector de la casa de estudios, Massimiliano Fiorucci, y la profesora Susanna Nanni, impulsora de la distinción. "Seguimos buscando a unas 300 personas que viven con su identidad vulnerada", dijo la titular de #Abuelas pic.twitter.com/z1EPfLsKk0
— Abuelas de Plaza de Mayo (@abuelasdifusion) April 17, 2024
Memoria
Carlotto, de 93 años y que llegó al aula magna de la universidad en silla de ruedas, fue reciba con un caluroso aplauso de los asistentes, que incluso corearon su nombre, mientras ella se los agradecía lanzando besos y llevándose la mano al corazón.
La veterana activista comenzó su discurso con un recuerdo emocionado para su hija Laura, miembro del grupo guerrillero Montoneros que fue secuestrada por el régimen de facto y llevada a un centro clandestino de detención y tortura.
En el momento de la desaparición, Laura estaba embarazada de tres meses y, tras dar a luz en cautiverio, fue asesinada, unos hechos que supusieron un punto de inflexión en la vida de Carlotto y que la catapultaron a un activismo que aún hoy en día mantiene a pesar de su avanzada edad.
“Cuando me enteré, mi consuegra me dijo que no buscara sola, así me uní a las abuelas”, relató.
Carlotto se unió a las Madres de Plaza de Mayo, el grupo que comenzó a reunirse en esta plaza de Buenos Aires para conocer qué había sido de sus hijos desaparecidos, lo que “alegró” a sus compañeras, ya que, al ser profesora, podía “escribir cartas”.
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Arte para concienciar
También se congratuló de impulsar, a través de la asociación, la creación del “índice de abuelidad”, un método científico que investigadores estadounidenses emocionados por la lucha de estas abuelas crearon en los 90 y que facilitó la identificación genética de los nietos.
Carlotto recordó con fuerza el papel que la cultura jugó en la difusión de sus objetivos y agradeció a los actores y dramaturgos que impulsaron el “Teatro por la identidad”, uno de los movimientos artísticos que, junto a otros como “Danza por la identidad” o “Música por la identidad”, ayudaron a concienciar a jóvenes argentinos que tenían dudas sobre su verdadera procedencia.
“La cultura sirvió como puente para esos jóvenes”, dijo, antes de destacar el festival de rock organizado por la asociación y que reunió a “más de 50.000 personas”, la “semilla” que posteriormente germinó en todos los proyectos culturales que aún hoy en día se llevan a cabo.
Artistas plásticos, bailarines, cineastas o coreógrafos se volcaron en difundir la actividad de las Abuelas de Plaza de Mayo, que sigue muy viva y se desarrolla tanto en Argentina como en Italia, España, Francia, Canadá y Estados Unidos.
En el auditorio estuvieron presentes también una decena de miembros del grupo Argentinos en Italia por la Memoria, Verdad y Justicia, que quisieron recordar a los desaparecidos durante la dictadura con gritos de “son 30.000" en referencia al número de desaparecidos en este periodo de represión política en Argentina.
Activismo incansable
Durante la lección magistral, enumeró los logros del grupo, como la identificación de 137 de los 500 nietos a los que el régimen militar “robó la identidad”, así como la creación de una comisión política en Argentina que se ocupaba de la identificación de los niños, entre otros.
A pesar de que tan solo quedan “tres o cuatro abuelas”, la búsqueda de los cientos de nietos que aún no están identificados continúa a través de hijos y nietos que han recogido el objetivo de la lucha de esta organización, aunque recordando el importante papel de estas mujeres.
“Siempre que haya una abuela viva, mandaré yo”, aseguró Carlotto, que en 2014 vivió “uno de los momentos más emocionantes de su vida” al conocer a su nieto, Ignacio Montoya Carlotto, que se convirtió en el caso resuelto número 114.
Fuente: EFE.