Economía

A pesar de una mala cosecha, los sojeros aumentaron sus inversiones

Los productores están destinando más recursos que el año pasado a la compra de maquinarias e insumos en un contexto adverso.  El sector pudo recurrir a más deudas para el nuevo ciclo agrícola. 

La buena cosecha de maíz y las flexibilidades para la refinanciación de deudas permitieron a los productores tener un respiro financiero, luego del fracaso de la cosecha sojera, para invertir más en maquinarias y comprar fertilizantes con precios duplicados. Para el nuevo ciclo agrícola 2022-2023, los costos de producción ascendieron a aproximadamente USD 1.000 por hectárea.

A pesar de la caída del rendimiento de la soja en casi 70% este año, que a su vez se refleja en un desplome de las exportaciones, el sector incrementó en los últimos meses sus inversiones. Como el inicio de la nueva siembra, que arrancó en setiembre, requirió de fertilizantes, los agricultores compraron los insumos por valor de USD 229,4 millones, según el acumulado de importaciones al cierre de octubre que registra el Banco Central del Paraguay. Las cifras significan un aumento de 17,4% respecto al mismo periodo 2021, aunque en volúmenes ingresaron 261.322 toneladas, apenas casi la mitad de la demanda de la campaña anterior. En este sentido, se observa que los precios por tonelada pasaron de USD 4,17 a USD 878 en un año.

Junto con los precios de los plaguicidas y otros gastos, el costo de producción aproximado por hectárea ronda entre USD 900 y USD 1.000, cuando el año pasado estaba en alrededor de USD 600 por hectárea, según el presidente de la Asociación de Productores de Soja y Oleaginosas, Eno Michels. El dirigente comentó que a la espera de una tendencia a la baja, varios agricultores aún no adquirieron fertilizantes para el maíz zafriña, que se siembra en los primeros meses del 2023, inmediatamente después de la cosecha de la soja.

En simultáneo a este movimiento comercial, hubo un crecimiento en la importación de tractores y cosechadoras en 26,8 y 8,6%, respectivamente, de acuerdo con la Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias. “El productor está renovando su flota porque quizás con la buena cosecha de maíz pudo equilibrar un poco sus cuentas y como siempre el sistema financiero apuesta al productor que sí va a pagar sus compromisos, por ahí consiguió una línea de crédito a largo plazo para comprar maquinarias”, reflexionó al respecto Michels.

Se refirió a la posibilidad de optar por refinanciaciones sin perder la calificación de riesgo en los bancos, lo que favoreció la obtención de nuevos créditos para la campaña agrícola 2022-2023. Como las maquinarias agrícolas se entregan como parte de pago, el dirigente comentó que también se vieron beneficiados productores que con menos capacidad adquisitiva, igualmente pudieron invertir en su flota.

El éxito de las inversiones todavía depende del comportamiento de las plantaciones, cuyo desarrollo está mostrando atrasos.

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