La sospecha divulgada hace unos meses por las autoridades del país donde sucedió el asesinato es que el Primer Comando Capital estaría detrás del hecho.
En Colombia, en conferencia de prensa, el general Jorge Vargas, director de la Policía de Colombia, había referido que “las investigaciones indican que existió un plan para asesinar al fiscal Pecci en Paraguay o en cualquier país por un acuerdo entre organizaciones criminales internacionales, todo coordinado con el Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil”.
Esa fue la única vez que se expresaron acerca de dónde habría surgido la orden para cometer el terrible crimen.
Sin embargo, a mediados de agosto, el propio presidente de Colombia, Gustavo Petro, dirigió la autoría al uruguayo narcotraficante Sebastián Marset y sostuvo que esto “demuestra que hace mucho el narco dejó de ser un problema bilateral colombo-estadounidense y es hoy un problema americano y mundial”.
Hace poco, también el Servicio de Investigación del Congreso de EEUU hizo un informe sobre nuestro país, haciéndose eco de las sospechas hacia PCC y Marset, como participantes del asesinato.
Lo que sí, las autoridades paraguayas, hasta el momento, ni confirman ni descartan la posibilidad de que el crimen se gestó en nuestro país.
QUINTO. Por otra parte, lo que se avecina en el caso es el juicio a un quinto implicado en el asesinato como autor material el próximo 19 de setiembre. Se trata de Francisco Luis Correa, quien habría organizado a los asesinos e hizo el pago del dinero y proveyó el arma.