Comey, sorpresivamente despedido por Donald Trump el 9 de mayo y quien se mantuvo en silencio desde entonces, será interrogado mañana por el Senado en una audiencia pública para determinar si el presidente lo presionó buscando influir en la investigación de la trama rusa. Los testimonios anónimos de gente cercana a Comey y sus notas escritas, que se filtraron a la prensa, parecen indicar que sí. Y eso podría verse como un intento de obstrucción de la justicia, un delito que justificaría la apertura de un juicio político. De acuerdo a CNN, Comey está dispuesto a contar todo lo que sabe. Según ABC, el ex director del FBI no acusará al presidente de obstrucción de la justicia, pero desmentirá algunas de sus afirmaciones, como cuando dijo en mayo que Comey le aseguró que el nombre del presidente no aparecía en esa investigación.
Cuando se le consultó en el salón Roosevelt de la Casa Blanca, donde recibía a líderes republicanos, si tenía algún mensaje para Comey, Trump se limitó a decir: “Le deseo suerte”. afp