Desde entonces, el uniformado se encuentra postrado en cama y prácticamente olvidado por el Estado, según indicaron sus allegados.
Sus camaradas lo visitaron en su casa, ubicada en la localidad de Kurusu Isabel, a 15 kilómetos de la ciudad de Concepción, para festejar su cumpleaños y llevarle algunos víveres. Los agentes se contribuyeron, juntaron una suma de dinero y llevaron leche, agua mineral, pañales, aceite de oliva y otros alimentos no perecederos.
El suboficial Jorge Ríos, uno de los que fue a pasar el día con su camarada, explicó que, según la madre de Martínez, este dejó de recibir ayuda alguna por parte del Estado. Afirmó que todo lo que recibe es solo su sueldo.
“Esta organización de camaradas se dio desde el año pasado. Cada vez tenemos más adherentes, nos colaboramos a G. 50.000 cada uno y le llevamos lo que pueda necesitar” el compañero y amigo, explicó el uniformado.