Según las autoridades, un grupo de funcionarios bloqueó la Alameda, la principal avenida de Santiago de Chile, tras congregarse en el Parque Bulnes, frente a la sede presidencial, para realizar un “banderazo”.
Ante la congestión del tránsito, las Fuerzas Especiales de Carabineros dispersaron a los manifestantes utilizando un carro lanzaaguas y procedieron a detener a varios trabajadores públicos.
En tanto, el ministro del Interior chileno, Mario Fernández, conversó hoy con los líderes de los partidos de la oficialista Nueva Mayoría con el fin de encontrar un acuerdo para reflotar el reajuste de 3,2 % para el sector público.
“He dedicado las últimas horas a tener una serie de entrevistas con parlamentarios para poder iniciar una rueda de prensa de consultas y arribar a una buena situación”, indicó Fernández.
En referencia a la protesta, el ministro del Interior señaló que “constitucionalmente el sector público no puede detener sus actividades, se ha dispuesto a descontar los días no trabajados”.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, pidió el miércoles pasado a los empleados públicos a volver a sus puestos tras el fracaso de un proyecto de aumento del Gobierno en la Cámara de Diputados.
La propuesta estaba contenida en un veto aditivo enviado por el Gobierno al Congreso, que mantenía la propuesta original de un ajuste salarial de 3,2 % a contar del próximo diciembre, y al mismo tiempo aumentaba los montos de algunos bonos, especialmente para los trabajadores con menores salarios.
Los trabajadores demandan un aumento de 7,0 % y tras el rechazo de la propuesta en una tormentosa sesión en la que numerosos dirigentes sindicales fueron desalojados por la Policía del hemiciclo parlamentario, anunciaron la continuación de la huelga.
