EFE.
“Nos llama poderosamente la atención esta avanzada golpista que hay en Brasil, que nos preocupa y que puede tener un impacto en las relaciones entre los países porque abre un capítulo de discusión sobre estas cosas”, manifestó Novoa a la emisora uruguaya Radio Sarandí.
Rousseff puede ser sometida a un proceso con vistas a su destitución debido a unas irregularidades en los balances de su Gobierno registradas en 2014 y que, según organismos de contraloría del Estado, se han mantenido durante este año.
Los trámites para un juicio político fueron autorizados hace once días por el presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, a quien la Constitución le reserva la decisión de aceptar o no el inicio de un proceso con miras a la destitución de un mandatario.
El proceso comenzó el martes de la semana pasada, pero ese mismo día el Tribunal Supremo lo paralizó ante una demanda presentada por el oficialista Partido Comunista do Brasil (PCdoB), que pidió esclarecer algunos procedimientos.
Los once magistrados del Supremo han anunciado que se reunirán el próximo miércoles para analizar esa demanda, tras lo cual el trámite deberá ser reiniciado en la Cámara de Diputados.
“Veo un intento muy peligroso de destituir a un Gobierno que fue electo por millones de votos a través del presidente de la Cámara de Diputados, que también está acusado de corrupción”, dijo el canciller uruguayo.
Novoa se refiere a Cunha, que es objeto de una vasta operación policial que también investiga a dos ministros del Gobierno de Rousseff y a otros políticos por las corruptelas en la estatal Petrobras.