17 jun. 2025

Un grupo de pulpos demuestra que no son antisociales

Una decena de pulpos de la bahía de Jervis, a 200 kilómetros al sur de Sídney, viven en comunidad, lo que contradice la reputación de antisociales de esos cefalópodos.

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Los pulpos demostraron que no son antisociales como se creía. | Foto: EFE.

EFE

Un grupo de investigadores internacionales observó además como ese grupo de pulpos utilizan su cambio de color para resolver disputas, apunta un comunicado de la Universidad de Sídney, que participó en el estudio.

Previamente se creía que los pulpos eran criaturas solitarias cuya habilidad de cambiar de color supone un mecanismo para esconderse de depredadores como tiburones y focas.

No obstante, las imágenes submarinas captadas durante 52 horas de los pulpos en Jervis dan un nuevo giro al entendimiento del comportamiento de esos cefalópodos.

Para los expertos, estos pulpos viven en comunidad por la abundancia de comida y el lugar que los protege de los depredadores, aunque no porque se gusten entre sí o busquen la proximidad de sus compañeros.

Estos pulpos “empujan a otros animales cercanos, se golpean entre ellos y a veces se enganchan en intensas peleas”, comentó Godfrey-Smith, investigador de la Universidad de Sídney y académico de la Universidad de Nueva York, que participó en el estudio.

Publicado en la revista científica Current Biology, el estudio revela que “cuando los pulpos cambian de color éstos dan cuenta del grado de agresión”.

“Los colores oscuros acompañan a las conductas agresivas y éstos se combinan con otras señales”, explicó Godfrey-Smith.

David Scheel, de la Alaska Pacific University y que también formó parte del equipo de investigadores, comentó que los patrones y posturas corporales son mensajes de alerta ante una posible disputa con otro ejemplar.

“Las posturas pueden ser bastante llamativas, como erguirse, elevar el manto corporal por encima de los ojos y oscurecer la piel”, acotó el académico estadounidense.

Los investigadores descubrieron que los pulpos cambian de color a tonalidades más oscuras cuando la interacción se deriva en una pelea y si uno de estos cefalópodos oscurecidos se acerca a uno que está pálido, es probable que el segundo se retire.

El comportamiento inusual de estos pulpos fue observado por primera vez por el submarinista y coautor del estudio, Matthew Lawrence, quien divulgó su observación en un portal de internet.

La observación atrajo la atención de un grupo de expertos internacionales, entre ellos Peter Godfrey-Smith y Scheel, quienes buscarán ahora determinar si este comportamiento está vinculado a la necesidad de los machos de controlar su territorio o es parte de una forma de vida social más compleja.

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