Año 2018. Es mediodía en el cementerio de la Recoleta de Asunción y se observa a pocos transeúntes. Quienes pasan cerca de uno de los emblemáticos columbarios observan con cierto asombro el lugar. O, simplemente, prefieren evitar contemplar los huesos a la intemperie de quienes perdieron la vida mientras intentaban salvar el territorio chaqueño, que corría peligro de quedar como propiedad de Bolivia.
Dicho columbario, destinado para albergar a cerca de 400 restos de los héroes del Chaco, guarda mucha historia, y también denota dosis de desinterés desde hace varios periodos de gobierno. El monumento funerario pareciera haber recibido su último mantenimiento de infraestructura en la época de su edificación, en el año 1933.
Muchos de los nichos y placas ya desaparecieron. Los pocos que quedan son invadidos por malezas y el deterioro del paso del tiempo. Entre los nichos figuran combatientes, oficiales de sanidad y enfermeras que padecieron infecciones curando a los heridos en el Chaco.
traslado. Un grupo de historiadores había realizado un proyecto para trasladar los nichos que quedan, aproximadamente 50, al Cuartel de la Victoria, en San Lorenzo. El objetivo es un mejor resguardo. Fabián Chamorro, uno de los historiadores, señaló que aguardan el cambio de autoridades para continuar con la gestión.
Señaló que en su momento recurrieron a la Intendencia y a la Junta Municipal de Asunción, pero las intenciones de proteger las tumbas sagradas no prosperaron.
Al respecto, Gerardo Arévalos, encargado del departamento de Necrópolis del Municipio de Asunción, refirió que el año pasado presentaron un proyecto para poner en condiciones el columbario.
El pedido fue hecho a la Dirección de Obras, pero hasta la fecha aún no se concretan los trabajos. Arévalos no supo precisar cuántos son los féretros que aún se pueden recuperar y los que ya desaparecieron. “Tendremos que hacer un censo para saber eso”, expuso.