Las pequeñas cantidades de sodio que aporta la sal son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo, sin embargo, su consumo en exceso puede ser muy perjudicial para la salud.
Justamente, con el objetivo de instar a la población a reducir la cantidad consumida diariamente, del 20 al 26 de marzo se celebra la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal.
Catherine Turnes, responsable del Programa de Prevención de la Obesidad del Ministerio de Salud, advirtió que consumir mucha sal aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar hipertensión arterial, condición que afecta a casi el 50% de la población paraguaya y que predispone a desarrollar otras enfermedades, como el infarto y los accidentes cerebrovasculares.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se debe consumir menos de 5 gramos de sal (lo que equivale a una cucharadita) al día. Esta cantidad incluye la sal proveniente de los alimentos y bebidas.
El problema es que en Paraguay se consume más del doble de la ingesta máxima recomendada.
La profesional explicó que el consumo excesivo también puede afectar la función de los riñones y del sistema respiratorio, elevar el riesgo de osteoporosis y de algunos tipos de cáncer, como el de estómago.
Lo alarmante es que el riesgo de hipertensión arterial asociado a causa del consumo de este mineral se inicia ya en la etapa preescolar, afectando la salud del futuro adulto.
“La buena noticia es que el consumo excesivo de sal es un hábito que se puede modificar adoptando un estilo de vida saludable”, sostuvo la nutricionista.
Para esto es fundamental acostumbrar al paladar a consumir alimentos menos salados, es un proceso que lleva aproximadamente un mes y que puede otorgar grandes beneficios a la salud durante toda la vida.
¿Cómo reducir el consumo de sal?
- Leer la información nutricional de los alimentos de manera a elegir aquellos con menor contenido de sodio.
- Priorizar alimentos frescos como las frutas, verduras y legumbres en lugar de los procesados y enlatados.
- Retirar el salero de la mesa para evitar salar de más las comidas.
- Elegir limón, especias o hierbas naturales como condimento en lugar de salsas envasadas, caldos en cubo o salsa de soja para condimentar los platos.